- Ya falta menos, y aunque este año los Sanfermines no podrán celebrarse de manera oficial, los pamploneses y pamplonesas siguen teniendo ganas de sentarse a la mesa. De compartir uno de los momenticos más esperados cada año y de reunirse, ahora con más ganas que nunca, para festejar lo que buenamente se pueda con las medidas de precaución y seguridad pertinentes. Y es que, aunque muchos bares del centro de Pamplona todavía están calentando motores y acaban de levantar la persiana, algunos han colgado ya el cartel de completo para almorzar el día seis y para comer el siete. Coinciden en que no creen que las fiestas se alarguen muchos más días y aunque la palabra que más se repite es la incertidumbre, lo que está claro es que hay citas que son ineludibles.

No se sabe todavía si el aforo será reducido, si habrá que llevar mascarilla permanente o si se podrá efectivamente almorzar en el interior de los establecimientos guardando distancias. Todo depende de muchas cosas y de cómo avance la situación pero en el Bar Burladero tenían lleno y desde que abrieron sus puertas el pasado lunes se han dedicado a llamar a todos los esos clientes que, ya antes del covid, habían reservado mesa para los Sanfermines. "Tenemos gente que viene cada año y de momento mantenemos el completo para el almuerzo del día seis. La comida del día siete prácticamente llena y las cenas algo más flojas. Pero no creemos que este año las fiestas vayan mucho más allá de esos días. Los que tenían reserva y son de aquí la han confirmado y vendrán a almorzar pero los de fuera, casi todos, las han anulado", explica el propietario, Juan Luis Contín, que indica que algunas de esas anulaciones se han reconvertido en una reserva para 2021. Nadie se quiere perder la fiesta.

Cuentan con capacidad para 150 personas en cada servicio, todavía les queda algún hueco para la comida del 6 y siguen recibiendo llamadas. "No sabemos cómo serán los aforos. Para los días seis y siete estamos al 70% de lo normal, pero la incertidumbre es total. La situación puede cambiar mucho de aquí a un mes", asume. Muchos bares y restaurantes permanecen todavía con la persiana bajada y quienes llaman también preguntan cuál es la situación. "Nos dicen si va a haber algo esos días. Aunque sea algo bonito, no es lo mismo. Sin toros, sin actos, ¿quién va a venir de fuera? El encierro es el gran atractivo de nuestras fiestas. Puede que este año tengamos dos días inolvidables, de hermanamiento, porque venimos de lo que venimos, pero no creo que vaya más allá".

Explica que el objetivo va a ser "salir lo menos perjudicados posible, salvar el año. En San Fermín contratamos a 16 personas más y este año no va a ser así. No va a ser comparable a un año normal en fiestas y de momento todo es muy irreal porque muchos bares todavía están cerrados y con empleados de ERTE, no todas las terrazas están llenas porque el aforo es menor", explica.

También desde El Tinglado asumen que la situación es complicada y demandan "soluciones prácticas y valientes, no burocráticas y técnicas" para las terrazas, además de la posibilidad de habilitar mesas. Estos días reciben alguna llamada para reservar aunque, tal y como asume el propietario, Javier Ubanell, "les estamos avisando de que depende de los aforos y que puede que tengamos que cancelar algunas. En un primer momento se anularon todas las reservas, estábamos completos. Y ahora estamos dando pero con cierta precaución, se concederán en orden cronológico y en función de la normativa que rija entonces. No sabemos cómo será la situación", lamenta. Caben 131 personas. "La gente tiene ganas de almorzar, ese día va a haber celebración, muchos no se van de vacaciones y la mayoría es gente de Pamplona, clientes habituales".

En el Catachu todavía no han abierto -tienen previsión de hacerlo el 1 de julio porque, al no tener terraza, antes lo ven "inviable"- pero aseguran que el día 6 "se llenará seguro. Eso sí, no sabemos con cuánto aforo ni cuáles serán las medidas de seguridad. Esperamos poder estar al 80% si todo va bien, si sigue al 40% habrá pérdidas seguro", lamenta el propietario, Pedro Chocarro. Aseguraba ayer que no dejó de recibir llamadas con clientes que preguntan por almuerzos y comidas, "creo que serán dos días como un sábado fuerte, pero unos Sanfermines mucho más tranquilos. Haremos reservas cumpliendo la normativa y si más adelante se puede incorporar más gente, así lo haremos".

En Los Burgos de Navarrería, en cambio, también tenían completo pero este año han decidido no dar almuerzos, al menos de momento. Todavía no han abierto y no tienen fecha oficial. "No sabemos cómo va a ser la normativa, no quiero dar reservas y dejar luego a la gente fuera ni elegir a quién siento y a quién no... Es triste no poder celebrar los Sanfermines pero no creo que sea bueno precipitarse, lo principal es la salud", opina John Whitehouse, propietario del establecimiento. Y sabe que hay ganas, porque esta semana ya le han llamado un par de personas con intención de reservar.

"Los que son de aquí han mantenido la reserva y los de fuera la han anulado"

Bar Burladero