La comunidad gallega de Pamplona no pudo celebrar ayer la festividad en honor del Apostol Santiago ni convertir su lugar habitual de celebración, el Lar Gallego, en el punto de referencia para la ciudad en este día tan especial. Frente al jolgorio, la música, el buen comer y beber de otros años, el Lar Gallego presentaba ayer una imagen de soledad por culpa de una pandemia que no termina de marcharse. Suspendidos los actos oficiales que organizan cada año, los integrantes de la asociación acudirán hoy a los oficios religiosos en San Francisco Javier.