el antiquísimo arco de la trapería de Estremera sigue afortunadamente intacto y en su sitio. Hubiéramos podido abrir un poco el plano, para obtener una vista más amplia de la zona, pero hemos preferido respetar el corte de la fotografía, en la que se puede incluso apreciar el desgaste de la piedra y los mismos desconchados que existían hace 86 años. Por lo demás, el arco da acceso única y exclusivamente al portal de la vivienda, que se sitúa entre la Sociedad Gure Leku y un clásico de la hostelería pamplonesa, el bar Viana. En las ocho décadas transcurridas, el perfil del comercio pamplonés ha evolucionado muchísimo. Las traperías, los almacenes de carbón, las chatarrerías y los talleres artesanos dedicados a la fabricación de sogas, cestas, utensilios de madera, artículos de cuero etc. han desaparecido por completo de las calles de la vieja Iruñea, aunque es justo reconocer que la crisis del pequeño comercio alcanza también a sectores antiguamente boyantes y selectos...

el Casco Viejo albergaba una rica variedad de comercios de todo tipo. Como si fueran las secciones de una gran superficie comercial, las tiendas más elegantes y selectas, comercios de confecciones y tejidos, farmacias, joyerías, reposterías y algún que otro café, se agrupaban en calles céntricas como Chapitela, Zapatería o Mercaderes. En las calles más apartadas y proletarias, por el contrario, junto a algunas tabernas de baja estofa, se abrían pequeñas tiendas de alimentación, fontanerías, talleres artesanos, chatarrerías, despachos de carbón y algunas traperías como esta de la imagen. Según hemos podido saber, este local había estado antes ocupado por la trapería de Gil, aunque luego fue traspasada a Estremera, que contaba con un almacén en la Rotxapea. El portal, al que se accede por un antiquísimo arco del siglo XVII, estaba dividido en 2 partes, una de acceso a los vecinos y otra reservada a la trapería, cuyo "mostrador" se abre al interior del propio portal.