esignados, afligidos y nostálgicos. Ese es el sentir de los lodosanos en este momento y es que, no por esperado es menos doloroso. Ayer por la tarde debían haber comenzado las fiestas de las Angustias y hoy a mediodía los nervios, la alegría, la emoción y los reencuentros gracias al primer toro con soga de la temporada habrían aflorado por todos los rincones.

Antonio Campo, presidente de la peña Lodosa por el Toro que el año pasado celebró su 10º aniversario, aseguraba que “ahora nos invade una sensación indescriptible, no se puede explicar. En esta época, cuando parece que acaba el verano, en Lodosa empieza el mejor mes del año”. Aunque pueden aparentar unas fiestas cortas, esos tres días y medio están marcados en rojo en el calendario de cualquier lodosano. Nadie se las pierde; aúnan tradición, devoción, gastronomía, fiesta, familia y amistad.

Y es que ya dicen que no hay dos sin tres y por eso este año será la tercera vez que Lodosa se queda sin toro con soga, una cita de la que ya hay constancia en 1854; la primera vez que se interrumpió el festejo, declarado Fiesta de Interés Turístico de Navarra, fue durante la Guerra Civil, y la segunda, en 1968 tras la muerte de Angustias Irisarri. Ocho años tuvieron que pasar aquella vez para que un nuevo astado recorriera las calles de la villa.

De acuerdo con Campo, estas fiestas en general, y el toro en particular, “son mucho más que un festejo taurino; es un movimiento cultural, son días para el toro, para la Virgen, para exaltar el pimiento. El toro saca a toda la gente a la calle y te reúnes con amigos y visitantes”.

El evento se ha masificado muchísimo en los últimos años ya que calculan que en cada toro entran en la localidad unas 4.000 personas; “Lodosa, un municipio de 5.000 habitantes, es el único del país con un recorrido libre y sin vallado. Creo que eso es parte de la esencia y del éxito. Solo con pisar la calle ya te sientes partícipe del espectáculo. Además, y aunque siempre ha habido alguna voz discordante, se ha trabajado mucho en la imagen del evento y se ha ganado en respeto y en seguridad. En esto ayudó mucho la circunvalación”.

Otro de los aspectos que ha cambiado de forma notable de acuerdo con Campo es la manera de correr. “Es totalmente diferente, ni mejor ni peor que antes; la mayoría de las atenciones sanitarias que hay durante una salida son por las caídas y empujones que conlleva el gran volumen del gente que hay y no por el toro en sí”, señaló.

Para estos días, además de los vídeos que se han difundido por las redes para “tratar de sentir el ambiente y el calor festivo”, han imprimido y colocado, en colaboración con el Ayuntamiento, seis grandes paneles con imágenes en puntos estratégicos del casco urbano que simulan un pequeño recorrido. Así pues, ayer por la tarde inauguraron esta especie de exposición en la salida del toro, en el Ayuntamiento, en la iglesia de Montserrat, en la casa de cultura, en el kiosko y en la plaza de toros. Además, y desde hace unos días, en los porches del Ayuntamiento luce la soga que año tras años anuncia estos esperados días.

La peña, que mantiene, cuida y preserva esta tradición tan arraigada, única y diferente, afronta este año en blanco con optimismo y agradece “a todos los socios que han seguido ahí porque sin su apoyo sería imposible. De cara al futuro, esperamos seguir animando a la gente y haciendo todo aquello que podamos”.