Domingo y con un día espléndido, ayer no había excusa para ir a San Adrián y sumergirse en la fiesta, para muchos y muchas la celebración más importante de Etxarri Aranatz. Así, cientos de personas se acercaron hasta las inmediaciones de la ermita del santo, en un bello paraje de robles y hayas situado en las faldas de Aralar, a menos de cinco kilómetros del casco urbano. Jornada de tradiciones, ayer fue la primera salida oficial de la nueva corporación, un día después de la constitución del Ayuntamiento, con Silvia Marañon con la aginte makila. Al igual que numerosas personas, realizaron el recorrido a pie acompañadas de los txistularis.

A su llegada les esperaba la fritada, guiso de carne acompañado de vino que el Ayuntamiento repartió en las barkilak, nombre con el que se conoce en Etxarri a las tazas de plata habituales en buena parte de los pueblos de Sakana. Fueron 1.200 litros de ojo de gallo, mezcla de tinto y rosado, que también se repartió en jarras y botellas para las comidas, sobre todo en familia, con largas mesas en las que se reunieron diferentes generaciones. Y es que la comida y la bebida son los principales ingredientes de esta fiesta, un día de encuentros de etxarriarras de toda la vida, algunos que viven fuera, y nuevos vecinos y vecinas en un entorno privilegiado. Y no hay fiesta sin danzas, el otro pilar de esta romería. Al mediodía fue a cargo de los dantzaris de Etxarri y por la tarde, de forma improvisada, por todo el monte cuando los txistularis llamaron al dantzaki que bailaron los quintos y quintas.

Fue el primer aviso de que había que ir pensando en la vuelta. Arrancó una vez cantado el Gernikako arbola junto a un viejo roble, con una animada kalejira acompañando al camión del vino del Ayuntamiento. La primera fue en Urbijotzendenzubia, cerca de la regata, y la segunda en Leinube. La siguiente fue en Danbolintxulo, cerca del camping y la cuarta y última en Arangorrieta. Cómo suele ser habitual, los jóvenes apuraron al máximo la vuelta al pueblo. La fiesta continuó con música en la plaza.

LIMPIEZA Además de las recomendaciones y avisos habituales de reparto de tareas, consumo responsable y el rechazo a las agresiones machistas, el Ayuntamiento de Etxarri puso ayer el foco en la limpieza para que se recogieran y separaran todos los residuos generados, dado el alto valor natural del lugar. Este año se ha dado un paso más y se puso el foco en las colillas. Por ello, se repartieron ceniceros.

Esta iniciativa forma parta de la campaña puesta en marcha por el Ayuntamiento con el fin de concienciar a la ciudadanía de que mantener Etxarri Aranatz limpio es responsabilidad de todas las personas. La campaña incide sobre todo en dos mensajes, la importancia de no tirar basura al suelo y recoger los excrementos del perro.