odo apunta a que un rayo latente fue la causa del incendio del roble de la campa de San Pedro de Altsasu este pasado domingo. Y es que las descargas con aparato eléctrico sobre una masa forestal no siempre producen llama en el mismo momento por la elevada humedad. Hay ocasiones en las que pasan horas e incluso días hasta que aparezcan las llamas, cómo pudo ser el caso del roble de Altsasu. Así, el rayo latente impacta en un árbol y entra por el interior del tronco hasta las raíces. Su elevada temperatura junto a la falta de oxígeno en el interior, generan un proceso de lenta pero progresiva combustión, a modo de carbonera. El cambio en las condiciones atmosféricas, con un ambiente más seco y caluroso, tal y como sucedió puede provocar que el oxígeno entre por cualquier ranura y comience a alimentar las brasas internas, avivándose el fuego.

Lo cierto es que la Agencia Estatal de Metereología registró el pasado lunes 4 dos descargas muy cercanas, entre las 21.00 horas y las 21.30 horas. "Fue una tormenta con poca lluvia, la que más posibilidades tiene de que caiga el rayo y se quede", observa Peio Oria, delegado de Aemet en Navarra. "La tormenta de este pasado sábado, la noche anterior, no pudo ser, porque no hubo descarga en esa zona, sí hacia Bakaiku y Ergoiena", añade.

Al respecto, explica que Aemet cuenta una red de detección de descargas que cubre todo el Estado y que las geolocaliza y también recoge el tiempo en que han caído. "Hace tres años Protección Civil pidió acceso a estos datos para monitorizar los rayos y poder vigilar cuando se dan tormentas casi secas para evitar incendios", apunta. "El peligro es sobre todo en verano, cuando el ambiente está muy seco". Asimismo, recuerda que un rayo latente fue el causante del incendio de hace dos años en Valencia, a cinco kilómetros de la central nuclear de Cofrentes. "Es la primera vez que lo veo en Navarra. Y cuadra todo", observa Oria, al tiempo que señala que los incendios por rayo latente también se pueden producir en construcciones.

Desde el servicio de Gestión Forestal del departamento de Medio Ambiente no descartan que un rayo latente haya sido la causa del incendio aunque observan que "es raro que prenda en esta época del año, con la savia movida. Por ello, apuntan la posibilidad de que este árbol tuviera alguna pudrición interna que facilitó que ardiera . "El árbol está herido de muerte. Han caído las ramas principales pero ha quedado una pequeña que puede seguir echando hoja varios años, incluso seis. Habrá que ver este mes y medio cómo reacciona", avanzan desde Medio Ambiente.

El viejo roble, un Quercus Robur, de una altura de unos 18 metros y una circunferencia de 1,6 metros, aguantó erguido hasta pasadas las ocho de la tarde, cuando se cayeron sus tres ramas principales. Tres horas después el fuego se dio por extinguido.

Sin la posibilidad de contar los anillos de su tronco, se calcula que el viejo roble, podría tener más de 200 años. "Es un árbol típico de fondo de valle, la zona en la que más actividad ha desarrollado el ser humano y lo ha transformado", señalan.

Este viejo árbol ocupaba un lugar privilegiado en la campa de San Pedro, un majestuoso robledal con ejemplares centenarios, un espacio para el ocio y también para la fiesta, no en vano, cada 29 de junio acoge la romería a San Pedro, la fiesta entre las fiestas. Situado enfrente de la ermita, dónde una leyenda dice que fue proclamado en el año 717 el primer rey de Navarra, García Ximénez, era el roble de los txistularis. Y es que bajo su sombra la Banda Municipal de Txistularis tocaba zortzikos y jotas. También era un lugar privilegiado para seguir los bailes y también para descansar en la base de su tronco, que había adquirido caprichosas formas que se prestaban para sentarse.

Lo cierto es que San Pedro ya no será lo mismo sin este viejo roble. Por ello, el Ayuntamiento quiere mantenerlo. "Al ser un árbol tan emblemático, la idea es conservarlo lo poco que ha quedado para que sirva de símbolo de cara al futuro", apuntó el alcalde, Javier Ollo. Junto a los lamentos por su pérdida, en Altsasu ayer también se recordaba que hace 33 años, en 1987 y el mismo día de San Pedro, un rayo fulminó a otro roble, muy cerca del puesto del Ayuntamiento en el que se reparte vino, hiriendo a dos personas.

Aemet registró el pasado 4 de mayo dos descargas con aparato eléctrico en la zona de la campa de San Pedro

El Ayuntamiento de Altsasu quiere conservar el tronco del roble como símbolo de cara al futuro