Casa Antonea, una caserón de Lekunberri de la que ya se tiene constancia en el siglo XVI, abre sus puertas para acoger la exposición Aralar, la mirada de Kiriku, una muestra comisariada por la Fundación Astiz-Irujo y la Sociedad de Ciencias Aranzadi que acerca la historia de esta sierra desde todas sus vertientes. Lo hace a través de Kiriku, un quebrantahuesos que se convirtió en icono de la biodiversidad de Aralar. Y es que esta rapaz macho nacida en la Foz de Arbaiun se asentó en la sierra en 2011. Cinco años después llegó una hembra Muel y en 2017 Eder, sin descendencia por ahora. “Es una especie icónica que se encuentra protegida y que aporta una visión holística de la propia exposición”, señaló Suberri Matelo, del departamento de etnografía de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. “La exposición también reflexiona sobre el futuro, el cambio climático y los oficios pasados en la sierra de Aralar”, explicó.

Matelo estuvo acompañado en la presentación por José Mari Aierdi, vicepresidente segundo y consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos estratégicos del Gobierno de Navrra; Gorka Azpiroz, alcalde de Lekunberri y Mari Cruz Clemente, vicepresidenta y tesorera de la Fundación Astiz-Irujo.

“La exposición es una mirada a nosotros mismos, una mirada sobre los valores y patrimonio del paisaje de la sierra de Aralar y de los valles de la zona”, señaló Aierdi. “Alcanzar un territorio sostenible y resiliente supone actuar de manera transversal”, observó. Así, apostó por una visión más dinámica y social del concepto urbanístico en el que el paisaje debe jugar un papel fundamental. “El paisaje no es algo estático sino el resultado del uso que hacemos de él y por lo tanto, debemos ser conscientes y asumir nuestro compromiso en este terreno, más si cabe cuando el reto del cambio climático forma parte de la agenda del conjunto de la sociedad”, incidió.

El alcalde de Lekunberri, por su parte, destacó la importancia de esta primera exposición en Casa Antonea como muestra de la colaboración de las diferentes instituciones, y la puesta en valor de este enclave como patrimonio cultural e histórico de Lekunberri. “La buena sintonía y colaboración entre diferentes pero con un objetivo común, hace posible esta exposición que esperamos sea la primera de las muchas que podamos ofrecer a nuestros vecinos y vecinas, especialmente, y también a visitantes”, señaló.

Clemente, en nombre de la Fundacion, explicó que esta exposición encaja perfectamente con los objetivos fundamentales de la propia Fundación como son “la promoción, es estudio, mejora y conservación del patrimonio natural, medio ambiental y cultural de Lekunberri, el valle de Larraun y la Sierra de Aralar. El cuidado y respeto del entorno natural y el medio ambiente, y la divulgación de todo ello a la ciudadanía”.

UNA EXPOSICIÓN CON DIFERENTES VERTIENTES DE ARALAR

La mirada de Kiriku muestra diferentes visiones de la Sierra de Aralar. Después de introducir este espacio como un punto emblemático en el imaginario colectivo, un lugar de mitos, de fe y de naturaleza, comienza por aquellas pioneras expediciones que se realizaban desde finales del siglo XIX para investigar la geología y la biodiversidad. Además, realiza un recorrido sobre el cambio en el paisaje de Aralar en los últimos 100 años en el que destaca la importancia del uso y explotación de la sierra, con un acercamiento al trabajo de los carboneros, leñeros, pastores y ganaderos a través de paneles informativos además de materiales etnográficos cedidos por Fermín Leizaola, la asociación Ondare y varios particulares de la zona.

Entre las piezas expositivas se encuentran materiales de las primeras investigaciones como fósiles marinos o instrumentos de trabajo de los años 40 que hacen referencia a investigadores de la época como Jesús Elósegui, Ramón Margalef, Joaquín Gómez de Llarena, José Miguel Barandiarán o Ramón Adán de Yarza. En el apartado dedicado a la biodiversidad se muestran restos de animales como el cráneo de lince boreal (Lynx lynx) y el del oso (Ursus artos) y también animales taxidermizados, algunos extintos en la actualidad en esa zona. Es el caso del desmán del Pirineo y el urogallo.

LA FUNDACIÓN ASTIZ-IRUJO

Esta fundación creada en 2016 se presenta al público con esta exposición que refleja sus objetivos fundamentales, según destacó su vicepresidenta. Para darla a conocer este sábado se realizarán dos visitas guiadas abiertas al público a las 17.00 horas y a las 18.30 horas. No es necesario apuntarse. La exposición permanecerá abierta hasta octubre de 2022. Se puede visitar de lunes a sábado en horario de 18.00 a 20.00 horas y los domingos y festivos de 12.00 a 14.00 horas.

La fundación tiene su origen en la aportación patrimonial de Pilar Astiz y Bautista Irujo tras su fallecimiento.

Recientemente ha firmado un acuerdo de custodia con la Sociedad de Ciencias Aranzadi con el objetivo de que esta entidad proponga y ejecute en la medida de sus posibilidades las labores de gestión para que las parcelas de su propiedad eleven su valor natural, conservando las especies nativas presentes y atrayendo especies del entorno.

Esta fórmula, extendida en los países del norte de Europa, se entiende como una filosofía que busca facilitar iniciativas voluntarias de conservación de la naturaleza y del paisaje natural, tanto en parcelas de titularidad pública como privada, según explicó Jon Garin, de Aranzadi.