Jaurrieta ya tiene su pequeño museo, su centro etnográfico en el edificio de las antiguas escuelas de párvulos en la plaza. Las paredes que albergaron la algarabía infantil desde 1958 hasta 1995 guardan para siempre en 55 metros cuadrados la esencia de Jaurrieta: la historia de su conocida danza, Axuri Beltza, del cultivo de la patata y del incendio de 1880 que arrasó la villa.

Finalizada la pavimentación de calles y saneamiento de redes y otras importantes cuestiones municipales “acometidas por nosotros y los que nos han precedido para dejar el pueblo en condiciones”, recalca el alcalde, José Ángel Cambra, el Ayuntamiento pensó que ya era hora de hacer algo distinto, de llegar a otras cosas como un centro etnográfico que aglutinara parte de su historia. Un local singular que hoy abrirá sus puertas.

Su ubicación estaba clara, la antigua escuela de párvulos, también la fecha de estreno: sería el 4 de mayo de 2019, coincidiendo con los 50 años de la primera vez que se bailó Axuri Beltza en el Victoria Eugenia de Donostia.

El alcalde, José Ángel Cambra, repasa el resultado de una obra que les ha llevado esfuerzo y tiempo, a él que junto a los ediles Inautzi Adot y Juan Carlos Arias han sacado adelante completando con nuevos proyectos: “Un recorrido marcado de BTT, senderos, paseos a pie y un gimnasio con duchas en la planta baja del edificio. Podría convertirse en un centro cívico y de información turística con visita guiada por el pueblo, ya que arriba queda otra planta libre. Solo le falta el tema forestal, importante para nosotros, pero lo dejamos aquí, para los que vengan”, expresa satisfecho José Ángel Cambra.

Diseñado y realizado por Talaia Paisaje y Medio Ambiente SL, su inversión asciende a 78.000 euros y cuenta con un 70% de subvención de fondos europeos gestionados por Cederna Garalur, y el 30% restante se ha cubierto con el fondo de libre determinación del Gobierno foral a los Ayuntamientos.

Por esta razón contará hoy con la presencia de Merche Leranoz, directora de Igualdad, invitada junto a una persona destacada y querida en Jaurrieta: Juan Antonio Urbeltz. A él se le debe la recuperación del Axuri Beltza y también a su esposa, Marian Arregi, fallecida en 2018.

PATRIMONIO Ambos trabajaron, desde Argia Dantza Taldea en Donostia, por la recuperación de las danzas populares, por el impulso y promoción del patrimonio musical vasco. Trabajando en este campo, en el año 1967 Urbeltz encontró en Otsagabia un documento con la reseña de una danza de mozas en Jaurrieta y tras dos años de rigurosas investigaciones, construyó la coreografía y Marian Arregi asumió la dirección instrumental. Su estreno con Argía Dantza Taldea el 4 de mayo de 1969 en el donostiarra teatro Victoria Eugenia fue un éxito rotundo.

El 2 de mayo de 1987 se estrenó en Jaurrieta a cargo de un grupo de mujeres de la localidad que lo recuperaron con la ayuda de Elai Alai de Portugalete y el compromiso de Rosa Lázaro.

La danza se convirtió en el valioso elemento del patrimonio cultural del municipio y desde 1987 se incluye en el programa oficial de fiestas de agosto, en honor a la Virgen Blanca, día en el que lo bailan. El traje original, a cuya semejanza se han hecho doce, las joyas, acordeón, txirula... son elementos que contiene el museo sobre este tema.

Completa la estancia un rincón con extraordinarias vistas sobre los tejados de las casas del pueblo dedicado al cultivo de la patata de siembra que fueron especialistas los agricultores jaurrietanos con mención especial para José María Adot Esarte (1950), el último representante de su generación que las cultiva.

opposa La patata aportó riqueza y trabajo al pueblo y se extendió por el valle salacenco. En 1951 se creó OPPOSA (Organización de la Patata en el Pirineo Occidental SA) para regular y dinamizar el cultivo de la patata en la comarca. Del que antaño fuera un próspero medio de vida, hoy solo quedan una docena de agricultores que la cultivan.

El tercer espacio del nuevo centro recuerda el trágico incendio que redujo a Jaurrieta a escombros dejando solo seis casas en pie. Recuerda, asimismo, el esfuerzo y la ayuda recibida para volverlo a levantar. Gracias a todo ello, la vida volvió al pueblo con sus días de escuela, que también cuentan con su txoko en el nuevo centro, memoria de los años de párvulos de un buen grupo de jaurrietanos y jaurrietanas.

Con motivo de su estreno, hoy bailarán tres generaciones y abrirá el baile la misma dantzari que lo hizo hace 50 años. Celebrarán con queso y vino que Jaurrieta ya cuenta con otro atractivo para añadir a la exhuberante belleza de su entorno. Es, sin duda, parada obligatoria.