lumbier - Javier Lakidain Beorlegui, Vicente del Castillo Martínez, Álex Pérez Beorlegui y Javi Iriarte Rebolé, miembros de la delegación de donantes de sangre de Lumbier, tirarán el cohete hoy a las doce y abrirán con él seis días de fiestas en la localidad.

Serán la imagen de los y las donantes de la villa (79 activos actualmente, con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años) y también de los que fueron en un día, ya que Lumbier goza de ser una de las delegaciones más antiguas de Navarra.

Javier Lakidain (80 años) fue el primer donante. Vicente del Castillo (64) es el donante en activo que mayor número de donaciones tiene; Álex Pérez (19) estudiante, es el más joven; y, por su parte, Javi Iriarte (67) ha sido delegada durante casi tres décadas. Son los motivos por los que han sido elegidos para subir al balcón una vez delegado el cohete al colectivo por la alcaldesa Rocío Monclús.

“Es un reconocimiento y agradecimiento a la labor silenciosa y voluntaria realizada por muchas personas del pueblo en beneficio de la sociedad navarra”, expresa Laura Gogorcena Juanto (38 años) coordinadora de piso funcional y delegada de ADONA (Asociación de Donantes de Sangre de Navarra) en la localidad, responsabilidad que comparte con Maite Lakidain Lareki (37 años), peón agrario especialista en i+d.

Delegadas, donantes y amigas, ambas subirán al balcón convencidas de que el gesto puede servir para poner la donación en la calle y también para animar a otras personas a hacerse donantes de sangre y/o médula.

Ellas lo han vivido siempre como algo natural en el seno de sus respectivas familias comprometidas con la donación. En el año 2000 se hicieron donantes cuatro amigas. “Desde entonces, siempre que he podido, he donado. Es algo que no supone ningún esfuerzo ni tiempo y es muy gratificante saber que ayudas a salvar vidas”, expresa Maite.

Corría el año 1962 cuando su padre, Javier Lakidain, se hizo donante. Tiene 95 donaciones en su haber (desde 1969, año en el que comenzó la contabilidad de las mismas) y es una de las primeras medallas de oro de Lumbier. Afirma Javier sentir una inmensa satisfacción por ser donante en vida y anima a la concienciación, sobre todo a la juventud.

Vicente del Castillo, doble medalla de oro con más de 100 donaciones, se hizo donante en la mili y piensa seguir siéndolo mientras pueda: “Es una gran labor desinteresada y cuantos más seamos, mejor”, expresa.

Álex Pérez, el joven del grupo, hace un año que dona sangre siguiendo los pasos de su madre, también donante. “Animo a mis amigos, pero no se deciden a dar el paso”, reconoce.

CAPTACIÓN Captar a jóvenes como Álex es parte del cometido de las delegadas. Por eso Javi Iriarte pasó el testigo a Laura y Maite tras casi 30 años. “Busqué la proximidad de la juventud Es importante su implicación. Si no lo vives en casa porque tus padres o algún familiar es donante o te toca por enfermedad, frena el miedo a lo desconocido” opina quien recibió el testigo de Sor Laura Pérez, aquella monja, Hija de la Caridad, conocedora de Lumbier y de sus gentes, que hizo de él un pueblo históricamente comprometido con la donación, considerado por la propia asociación navarra como uno de los pueblos “fieles y concienciados”.

En esta continuidad se afanan las delegadas, Laura y Maite, que además de ocuparse de impulsar las donaciones, colaboran con el Banco de Sangre en las extracciones cuando el autobús acude a Lumbier y representan a ADONA en la localidad.

RELEVO A pesar de su compromiso, los donantes actuales van cumpliendo años y, bien por edad o por motivos de salud, dejan de donar. “Se necesita una fidelización de los donantes en activo, que una o dos veces al año acudan a donar (se puede 3 veces al año, las mujeres, y 4, los hombres) y también es preciso un nuevo relevo generacional”, comentan ambas.

Añaden que “es de agradecer que este año se han hecho donantes diez jóvenes de Lumbier y animamos a más a seguir este ejemplo”, porque “es necesario que los jóvenes estemos concienciados de la importancia de la donación puesto que la sangre no se fabrica; es un bien que podemos compartir unos con otros. Lo llevamos dentro”, subrayan las delegadas.

A las doce, los donantes darán voz a esta convicción desde el balcón del ayuntamiento y compartirán la llamada a las fiestas. “Es un gesto bonito para la asociación, como si tirara el cohete todo el pueblo”, coinciden altruistas, hoy protagonistas.