sangüesa/zangoza - Una nueva Zangotzarra está en la calle y con ésta son 23 las publicaciones aportadas a Sangüesa por el Grupo Cultural Enrique de Albret, con el objetivo dicen de “hacer Historia desde la Historia” a través de trabajos relacionados con la Merindad y sus gentes.

Siete son los autores que completan las 375 páginas de las que se compone este número y personalmente acercaron el resumen de sus temas en la presentación del jueves en la Casa de Cultura.

Abre la publicación Iñaki Garrido Yerobi, con Francisco Javier de Mariátegui y Sola (1775-1844): La figura de un ingeniero militar y arquitecto sangüesino y su linaje a través de su expediente de ingreso en la Orden de Santiago en 1836. El artículo constituye una aportación en este caso, a través del análisis de la figura del personaje, “relevante en la arquitectura madrileña”, según apuntó el autor, y su descendencia desde el siglo XVIII hasta el presente siglo XXI.

Le sigue el trabajo de José Mª Muruzábal del Solar (único ausente) con El pintor Crispín Martínez en el periódico Arriba España. Este artículo presenta la obra del artista navarro Crispín Martínez, en lo relativo a las ilustraciones publicadas en el periódico Arriba España de Pamplona durante la Guerra Civil de España. Un conjunto de 37 dibujos, sobre todo retratos. “Historia y estética excepcional”, significó David Maruri.

Por su parte, Juan José Martinena Ruiz colabora con Algunos palacios medievales de cabo de armería en la Merindad de Sangüesa. Esta vez Martinena se ocupa de los palacios cabo de armería. Es una denominación propia y privativa de Navarra, que hace referencia a las casas que eran los solares nobles más antiguos, en los que tuvieron origen los linajes de los principales caballeros. “Sangüesa ha tenido la suerte de conservar ejemplares genuinos de palacios de los siglos XIII y XIV censados y dignos de visitar”, apostilló Martinena.

Juan Cruz Labeaga Mendiola, habitual de la revista y sangüesino “de adopción”, aseguró encontrarse feliz de nuevo en la ciudad tras una ausencia prolongada a su pesar. Su labor bajo el título La Ganadería en Sangüesa forma parte del estudio de Etnografía de Navarra y el País Vasco, y en él se detuvo en la figura del pastor local, Hipólito Navascués y de otros como él que respondieron al cuestionario de José Miguel de Barandiarán, base de la investigación, “con sabiduría popular y aportaron gran riqueza de vocabulario”.

Miguel Javier Guelbenzu Fernández presentó su 1912 del Raid aéreo Pamplona-Sangüesa al cartel publicitario del comercio Machinandiarena de Aoiz. Relató divertidas y curiosas historias de la aviación y sus figuras, entre los que destacó la Gran Semana de Aviación presidida por el rey Alfonso XIII , uno de los espectáculos con mayor popularidad que concluyó el 23 de julio de 1912, con un raid aéreo entre Pamplona y Sangüesa.

MEMORIA histórica El profesor Rafael Blanco Arbe. se estrenaba en el grupo con su trabajo No me avergoncé el evangelio (desde mi parroquia). Noticia del libro del lumbierino-alsasuarra Marino Ayerra Redín, con el doble objetivo de dar a conocer el libro editado en Buenos Aires en 1958 por el propio Ayerra, párroco en Alsasua durante la guerra civil prohibido en la España franquista, y las atrocidades vividas que le llevaron al exilio y al abandono del sacerdocio. “Su valor es la crítica a la Iglesia desde dentro y la visión clara del papel que jugó ésta en el conflicto bélico”, recalcó.

Cerró la velada David Maruri Orrantia con Carreteras sin retorno. Versa sobre la carretera N-240 y otras secundarias “como afluentes de un río de sangre, vías por las que transitaron camionetas que iniciaron un obligado viaje hacia la muerte sin pasaje de vuelta, quedándose en las cunetas”, expresó . Un emocionante y documentado articulo “de homenaje a quienes sufrieron en sus carnes esta brutalidad”, concluyó.