- La proyección del documental Sahrawi Lives Mater (Las vidas de los saharauis importan) elaborado tras el reto solidario con el Sáhara llevado a cabo por el sangüesino Joseba Alzueta Sola, continúa su recorrido para visibilizar la situación de los campamentos de los refugiados de Tinduf. En su reciente parada en Lumbier, quedó el mensaje central de que "no se puede olvidar la causa del pueblo saharaui, y que hay que acabar con su estado que se agrava día a día", en la voz de Eduardo Irigoyen Soria, director de ATTsF (Asociación de Trabajadores y Técnicos Sin Fronteras) quien acompañó al joven Alzueta, voluntario protagonista del Reto SLM.

Documental y charla acercaron su experiencia y su mirada conocedora del contexto político, social y humanitario. Un relato sobre el reto asumido por Joseba Alzueta, que tuvo la valentía, "osadía", puntualizó él mismo, de hacer en otoño corriendo el Camino de Santiago portando una pequeña mochila, símbolo del sufrimiento del pueblo saharui en el exilio, reto que consiguió sacar adelante contra viento y marea, las inclemencias del tiempo, confinamientos por la pandemia, entre las adversidades que tuvo que superar.

El impulso que le llevó a acometerlo lo situó el joven en la marca que dejaron sus vivencias en su adolescencia en Sangüesa de convivencia con niños saharauis. Alzueta, hijo de padre y madre de acogida a los niños y niñas de los campamentos de Tinduf pertenecientes a la asociación Puente Solidario de la comarca de Sangüesa, vivió activas campañas de compromiso en los Veranos en Paz de los años 90, que dejaron poso en él. Contribuyó también la lectura en época de pandemia del libro de Toni Robins Controle su destino, que le hizo una especie de introspección e interrogatorio de si estaba haciendo lo suficiente para ayudar a otras personas. "Yo estaba en casa y pensé que se podía hacer más por el Sahara". Esta motivación le llevó a a contactar con ONG navarras y estatales. De entre ellas, recibió muy buenas referencias de ATTsF y, convencido de su labor, comenzó a colaborar económicamente.

No fue suficiente, recordó. Necesitaba ir más lejos y para ello, se acercó a la asociación donde mantuvo una entrevista con Eduardo Irigoyen y decidió que podía viajar a los campamentos de Tindouf y aportar su ayuda humanitaria, decisión que imposibilitaba la pandemia. Entonces, cogió la idea de un caso similar y le dotó de carácter solidario. "Yo siempre quise hacer el Camino de Santiago y pensé que haciéndolo de este modo, llamaba la atención y ayudaba a la causa saharaui, rememoró. Desde ese mismo momento, lo vio claro y lo pasó a agenda". El contacto personal con Eduardo terminó de convencerle. Y se lanzaron a diseñar la forma para alcanzar el fin.

Recordó la climatología como una barrera y admitió errores de su inexperiencia. Con las dos primeras etapas complicadas, Roncesvalles- Pamplona, Pamplona-Estella que le pasaron factura posteriormente.

"Fueron muy duras. 45 km la primera y 46, la segunda; dos maratones en 24 horas. Haber segregado las etapas ( Roncesvalles-Zubiri) hubiera sido mejor. Dos lecciones aprendidas: planificación de novato, y que desde casa se ve todo muy fácil", reconoció.

La idea inicial del reto era hacer 23 etapas en 23 días sin descanso, 758 km en total. El 27 de septiembre comenzó el reto y duró un mes. Se alargó siete días. Las lesiones se dejaron sentir y por Villafranca del Bierzo (León) se sintió lesionado y decidió parar. En una semana se recuperó en una clínica de Ponferrada. Sus recuerdos de aquellos días no son buenos, aunque destaca la acogida y el calor de la llegada a ciudades en las que le esperaban con brazos abierto, como Burgos, Logroño, León en las que compartió recibimiento y sensaciones con asociaciones y medios de comunicación. De los momentos de flaqueza le sacaron "los numerosos mensajes de ánimo" . Vídeos de apoyo recogidos en el documental "Sahrawi Lives Mater" que recorre Navarra para recordar que el sufrimiento del pueblo saharaui sigue siendo actualidad.

A su lado, Eduardo Irigoyen (acompañado del voluntario y socio de la asociación Juanjo Fernández) dio a conocer ATTsF.

Fundada en 2003 en Pamplona, la asociación engloba a profesionales de diferentes ramas: mecánica, electricidad, electrónica, mantenimiento de maquinaria industrial, soldadura, fontanería..., etc), y actúa en el ámbito de la cooperación internacional y de la ayuda humanitaria.

"Prestamos ayuda técnica y todo tipo de material que pueda ser útil para el mantenimiento de vehículos, equipos informáticos", explicó.

Irigoyen se refirió a las formas de colaborar: técnicos que reparan y adaptan vehículos de apoyo para los campamentos. Voluntariado de perfil técnico, gente de logística, vinculada a la mecánica y al mantenimiento industrial, administración, "tanto allí como desde aquí, donde diseñadores industriales proyectan instalaciones que compartimos. En la oficina surgen ideas que se llevan a la práctica". Además, según explicó, mantienen la flota de camiones que recogen la basura de los campamentos. Tener en funcionamiento los vehículos que prestan los servicios es parte fundamental de su labor

La asociación tiene asignada una flota de 17 camiones para el reparto de alimentos otra de 36 de cisternas para el reparto de agua, 16 camiones de recogida de basura y 7 para repartos diversos: material de intendencia, de mantenimiento y reparación, jaimas, etc. "Somos responsables de poner a disposición del Ministerio de Agua y Medio Ambiente que tenga los recursos logísticos necesarios para poder hacer este trabajo".

Irigoyen enfatizó en la pandemia y la situación de alto el fuego como agravantes de la vida en los campamentos de Tinduf, a los que no llega, afirmó, ayuda humanitaria, y de los que no pueden salir los niños y niñas para beneficiarse de los programas de ayuda. "Las restricciones de movimiento dificultan la labor de nuestro propio personal. La población de los campamentos está creciendo porque muchos de los territorios liberados están llegando a ellos", comentó así como que la situación humanitaria empeora y falta información.

En este sentido, destacó, "iniciativas como las de Joseba son importantes porque nos han permitido recaudar unos fondos imprevistos en nuestros presupuestos y programación y nos ayudan a resolver imprevistos. Quiero, por favor, que no olvidemos que se está agravando la situación humanitaria de la gente que vive allí", significó Irigoyen finalmente.

Cerró el acto un aplauso envuelto en calor humano.

"Yo quise llamar la atención sobre el sufrimiento del pueblo saharaui"

Voluntario del reto SLM

"Las restricciones de movimiento dificultan nuestra labor"

Director de ATTsF