- La noche del viernes 21, de las no fiestas en Aibar, acabó con graves enfrentamientos entre la Guardia Civil y grupos de jóvenes. Los sucesos y su tratamiento mediático han generado malestar en el pueblo. Su alcalde Aritz Burguete Blasco rechaza las declaraciones vertidas sobre la falta de responsabilidad y la posible implicación del Ayuntamiento.

Las fiestas estaban suspendidas y los días previos fueron tranquilos. ¿Había organizado el Ayuntamiento alguna actividad?

- Las actividades culturales de las no fiestas organizadas por el Ayuntamiento se redujeron a dos conciertos en la plaza (Banda de Música, con mago y el grupo Zacatecas) y juegos infantiles, todo según la normativa covid vigente y en el horario permitido.

Los días a partir del 15 transcurrieron con normalidad. No había toque de queda y el viernes era el último día.

-Efectivamente. No se esperaba a tanta gente, puesto que no había fiestas. Pero lo cierto es que había mucha del pueblo, de la comarca y también de fuera. La juventud estaba en el bar y luego en la calle, con normalidad.

¿Qué sucedió?

-Al parecer, la Guardia Civil hizo acto de presencia una primera vez a raíz de una queja vecinal sobre ruidos y entrada en una vivienda. Un segundo aviso hizo que los agentes volvieran. Fue sobre las cuatro de la madrugada. Entonces, se produjo el enfrentamiento.

¿Cómo se enteró el Ayuntamiento?

-Yo lo supe cuando iba a trabajar a las 5.30. En el cruce estaban los contenedores volcados y el suelo lleno de cristales. Inmediatamente, llamé al cuartel de la Guardia Civil de Sangüesa y el lunes cursé la correspondiente denuncia.

En un fin de semana complicado, el de Aibar fue calificado como el botellón más grave de la Comunidad Foral.

-Esto no fue un botellón. Una vez cerrado el bar, los jóvenes permanecieron en la calle, como se quedan otras veces. Es cierto que el enfrentamiento fue grave. Afortunadamente, no hubo que lamentar desgracias humanas , más allá de golpes y contusiones, si bien declararon desde el cuartel la atención médica requerida por alguno de sus miembros. No hubo muchos daños materiales urbanos. Siendo sábado, el Ayuntamiento no dispone de personal de limpieza, pero se movilizó a los empleados y la vecindad colaboró de manera ejemplar.

¿Qué sensación queda en Aibar?

-La de haber vivido una situación muy desagradable, inexplicable, que nunca antes había acontecido. No pensamos en nadie, en ningún colectivo de Aibar capaz de organizar nada de esto. Nosotros también nos sentimos víctimas.

¿Alguien del Gobierno se ha puesto en contacto con ustedes?

-No, nadie nos ha llamado. Se limitaron a denunciar públicamente los sucesos.

¿Lo han echado en falta?

-Sí, por supuesto.

¿Ha faltado a su juicio algo más?

-Sí, algún tipo de medida preventiva que hubiera evitado situaciones como esta. Somos un pueblo pequeño, con cerca de 800 habitantes, no tenemos policía local. Es imposible predecir que se vayan a producir altercados de este tipo con reacciones violentas.

¿Qué es lo que más les ha molestado?

-La difamación, la posible implicación del Ayuntamiento en el conflicto, cuando el Ayuntamiento ha sido completamente ajeno. No tenía constancia de ningún evento, ni ha cedido a ningún colectivo material alguno para este fin. Aibar, con el Ayuntamiento a la cabeza es el primer interesado en que se esclarezcan los hechos y desea que no vuelvan a ocurrir. Esperamos información de la investigación en curso para limpiar la imagen falsa, negativa y sesgada, con declaraciones malintencionadas, sin ningún rigor.

¿Doblemente perjudicados?

-Sí, no es agradable lo vivido. Se ha convertido en el tema de conversación de un pueblo que vive en paz. No tenemos precedentes de este tipo. El Ayuntamiento trabaja centrado en lo local, en las mejoras vecinales en dar el mayor número de servicios, como las piscinas, el centro de día... La atención municipal se vuelca en la gestión cotidiana, agricultura, ganadería y comunal. Como otros pueblos, hemos adaptado nuestras agendas a la pandemia y dentro de lo posible, este verano no han faltado la actividades Trabajamos en atención al turismo. Tenemos un pueblo cuidado y bello, y nos esforzamos por mantenerlo con una imagen de riqueza cultural y ambiental que ahora sentimos se ve manchada. Aibar tiene una trayectoria brillante de convivencia y relaciones comarcales, goza de buen ambiente, de un importante tejido social y cultural. Esta es nuestra realidad, repleta de muestras de apoyo recibidas, tras los hechos, de vecinos, amigos, personas vinculadas a Aibar, así como del Ayuntamiento de Sangüesa, a quienes se lo agradecemos.

Viernes, 21. La Guardia Civil acudió a Aibar en dos ocasiones por una llamada vecinal que denunciaba el ruido. El enfrentamiento con la juventud tuvo lugar hacia las 4 de la mañana.

Denuncia. El Ayuntamiento denunció los hechos y está a la espera de la información de la investigación en curso.

Esta es "la realidad de Aibar", subraya su alcalde.

"Nos sentimos víctimas, porque hemos sufrido los hechos, y difamados por declaraciones sin ningún tipo de rigor"

"No somos irresponsables,

hemos cumplido con las normas en todo momento"