recuerdo con nostalgia aquel coche de TVE empotrándose contra una enorme piedra en mitad de la carretera y la voz en off que decía “el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”. Era el programa La Segunda Oportunidad. Acto seguido, con aquella marcha atrás de la televisión de los año 80 se volvía a componer y regresaba al punto de partida. Pues además del hombre también la izquierda es la única línea política que tropieza una y otra vez contra la misma piedra de la cabezonería y el personalismo y en esto no suele haber segundas oportunidades. Hace cuatro años compitieron en Tudela hasta cinco formaciones de izquierdas y en las próximas elecciones del 26 de mayo van a repetir, al menos, el mismo número. Por la derecha está pendiente la posible unión de UPN-PPN, aparte estarán Ciudadanos y quién sabe si Vox, además de Vecinos Por Tudela. Otros cinco. Es cierto que algunas de esas cinco formaciones de la izquierda no tienen ningún atisbo de poder marchar nunca juntas (PSN y CUP) pero más allá de esos sempiternos enfrentamientos, ¿de verdad es imposible que algunas de las formaciones traten de agruparse para aunar votos? ¿Lo han estudiado aunque sea por beneficio numérico? Al margen de los errores que se hayan podido cometer (y que se han cometido) no me parece que haya habido, a nivel global, una mala gestión. ¿La experiencia no lleva a las formaciones que han pactado y firmado gobierno conjunto a probar cómo sería una candidatura unitaria para evitar pegarse por ver quién ha conseguido qué a lo largo de esta legislatura? ¿De verdad CUP y Geroa Bai tienen tantos puntos de divergencia y enfrentamiento como para no llegar a un acuerdo y poder alcanzar un segundo o tercer edil? La flauta del cambio sonó una vez pero, ojalá me equivoque, ante tanta dispersión de voto, y teniendo en cuenta el desgaste del poder, con este panorama será complicado que los números vuelvan a cuadrar y se la pueden dar contra la piedra. Las cosas han cambiado mucho en estos cuatro años con respecto a aquellas listas, no en vano de los seis ediles de UPN que salieron quedan dos y cuatro de los de I-E. Esta vez son los regionalistas quienes, de forma obligada, presentarán caras nuevas, y la izquierda apostará por rostros ya conocidos. Veremos si hay segundas oportunidades, en juego los 9.500 votos que consiguieron por separado.