A-15Tudela con Medinaceli

No hay ni un euro contemplado en la proyección presupuestaria entre 2022 y 2024 en el tramo de Ágreda y Tudela, que consta de 35 kilómetros. Solo hay 100.000 euros previstos en 2021. Para el resto de tramos aún pendientes de licitar (son dos que sumarían 23 kilómetros, Fuensaúco-Villar del Campo y Villar del Campo-Ágreda), la previsión es la misma, no se sabe aún ni cuando empezarán las máquinas a acondicionar el terreno porque el Estado no contempla inversión.

No es de extrañar que la plataforma Soria ¡Ya!, que durante décadas ha luchado por esta infraestructura como forma para hacer frente al abandono de los pueblos de Castilla y León, consideró que los 400.000 euros presupuestados para la autovía “son una nueva tomadura de pelo para los sorianos”.

Esta semana UPN anunció que iba a presentar una enmienda a los presupuestos para que se creara una partida de 14 millones de euros para las obras “de los diferentes tramos pendientes de la Autovía Soria-Tudela”.

Desde que en 1989 se anunció su construcción para 1995 se han incumplido numerosas veces las previsiones. También se ha hecho en la Comunidad Foral, no hay más que ver que el último Plan Director de Carreteras de Navarra, señalaba que en 2018 ya debía estar construida y en uso. Ambas erraron y su conclusión y puesta en servicio, a tenor e las inversiones, podría tardar una década.

las partidas El último paso administrativo que se dio dentro de este proyecto fue el de la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental favorable (DIA) para el proyecto del tramo de la autovía A-15 de Navarra entre Ágreda (Soria) y Tudela (Navarra) el pasado mes de junio.

Ya en 2017, cuando se inició la redacción de esta Declaración de Impacto Ambiental (que se ha esperaba resolver ese año y que ha tardado tres años) se reclamó más inversión ya que la partida reservada por el Gobierno de Mariano Rajoy había dedicado un millón para una obra que costaría terminar unos 400 millones. En aquellas cuentas había menos de un millón de euros que habían destinado para otros tramos y ni un solo euro para iniciar las obras entre Ágreda y Tarazona.

Casi cuatro años después, pero con el Gobierno de Pedro Sánchez, la situación se repite. Como en las obras de las pirámides, la autovía Tudela-Madrid parece no tener nunca fin y ya son 30 años los que han pasado desde que en 1989 el Ministerio presentara en Soria un estudio informativo para conectar por autopista Medinaceli con Navarra con fecha de finalización prevista para 1995.

El borrador de los nuevos Presupuestos Generales del Estado, 32 años después de aquel anuncio, el Estado destinará 100.000 euros entre Ágreda y el límite con Navarra (16,5 kilómetros), otros 100.000 euros para el tramo Cubo de la Solana-Los Rábanos (8,5 km), la misma cantidad para Villar del Campo-Ágreda (18,7 km) y para Fuentesaúco-Villar del Campo (15,8 km). En total 400.000 euros para 2021, si bien no existe cantidad para ninguno de los tres años siguientes 2022, 2023 y 2024.

las promesas Las previsiones y promesas a lo largo de estos años se han repetido. En 1998 los presidentes autonómicos de Navarra (Miguel Sanz-UPN), de La Rioja y de Castilla y León se comprometieron en una reunión en Fitero a impulsar un acuerdo con el Gobierno de José María Aznar para que este corredor fuese una realidad en el año 2005.

Once años más tarde, en 2009, el Gobierno de Navarra (UPN) aprobó el protocolo para coordinar con el Estado las obras de la futura autovía Soria-Tudela y anunció que el proyecto de construcción del tramo navarro comenzaría ese mismo año. También acordó la formulación de la declaración de impacto ambiental y aprobar el estudio informativo de la conexión de la autovía Soria-Tudela con la AP-15 y la A-68.

En noviembre de 2012 los ayuntamientos de Tudela (UPN) y Tarazona (PP) se reunieron para reivindicar la ejecución del tramo Ágreda-Tudela. La calificaron de “crucial”. En 2017, UPN firmó con PP un acuerdo para otorgar el voto afirmativo de los regionalistas a las cuentas para 2018 pero ese voto no sirvió para que se diera un impulso al proyecto.

La autovía Tudela-Madrid ha aparecido en todos los planes de carretera del Gobierno de Navarra desde hace décadas. En el III Plan Director, (2010-2018) se aseguraba taxativamente que “a la finalización del presente III Plan Director de Carreteras estará construida y en servicio la Vía de Gran Capacidad Tudela-límite de Provincia en su conexión con la Autovía A-15 Soria-Agreda-límite de Navarra”.

Asimismo se hablaba de la necesidad de realizar “estudios de viabilidad técnica y compromiso de estudios informativos y de los proyectos para la mejora de las carreteras que confluyan hacia los accesos al nuevo tramo de la A-15, desde el límite con la provincia de Zaragoza hasta su conexión con la A-68/ AP-15. Se trata de prever las necesidades que van a precisar los municipios y polígonos industriales de la zona para acceder a dicha vía de gran capacidad”.

Más de diez años después, todo es agua de borrajas. La autovía de Navarra comienza en el enlace 152 de la autovía de Aragón, en la localidad soriana de Medinaceli y termina en el enlace 17 de la AP-68, en Tudela, donde enlaza con la autopista de Navarra (AP-15). Una vez acabada tendrá 165 kilómetros de longitud.

En 1999. El presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, y su consejero de Obras Públicas, José Ignacio Palacios, se reunieron en febrero de 1999 con

el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, que indicó que “en el primer semestre de ese año se licitará el tramo de autovía entre Medinaceli y Tudela”.

Empresas. El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León y el responsable de la Cámara de Comercio de Aragón reclamaron en 2017 la continuidad de las obras de la autovía A-15, “que lleva 25 años parada y que conecta el eje Madrid-Soria-Tudela”. Ambos coincidieron en la relevancia de esta vía y la necesidad de un impulso. Los empresarios de Aragón ya habían analizado la importancia de la autovía en 2011, exponiendo que la A-15 es “fundamental” para potenciar el tejido industrial del Moncayo y dinamizar la confluencia entre Aragón, Soria, Navarra y La Rioja.

“Una isla”. En 2010, la consejera de Obras Públicas Laura Alba, ante las dudas que constantemente llegaban de Madrid para la culminación de las obras de esta vía de gran capacidad, dejó claro que “es ilógico construir el tramo navarro de 17 kilómetros para acabar en mitad del campo”. Ya entonces el temor del Gobierno foral era que sucediera lo mismo que ocurre con el TAV y lo que sucedió con el desdoblamiento de la N-232 a su paso por Navarra, que los navarros han mejorado las infraestructuras y que tales mejoras se han convertido en una isla que se pierde en cuanto se sale de la muga navarra.