Su labor comenzó en 2019, cuando la riada que arrasó Tafalla hizo que un grupo de cinco jubilados decidiera juntarse para ayudar a la reconstrucción de la ciudad del Cidacos. Ahora, son 17 los vecinos y vecinas que pertenecen a la Asociación de Jubilados de San Sebastián, un ente que se dedica a embellecer y reconstruir diferentes rincones de Tafalla.

Miguel Valencia es el fundador de este grupo y se le ocurrió la idea en una de las reuniones del Consejo de Mayores del Gobierno de Navarra. "No paraba de oír la palabra voluntariado y quería seguir ayudando en Tafalla después de las inundaciones", explica, por eso, cuando terminó el auzolan de limpieza en su municipio, decidieron juntarse cinco vecinos que querían restablecer y embellecer Tafalla y su entorno rural con un grupo que "no entorpeciese la labor de la brigada de Tafalla".

Su primer trabajo fue en la Residencia Santo Hospital de Tafalla, donde desbrozaron la maleza y crearon un jardín nuevo. "Lo que hicimos es un espacio en condiciones para que ni nosotros ni nadie tenga que estar continuamente arreglándolo", cuenta Valencia. Para ello, pusieron mantas para evitar la crecida de la hierba y sembraron plantas que no necesitasen muchos cuidados. Después de la creación del jardín, lo residentes ayudan cada cierto tiempo en el mantenimiento de ese espacio.

Tras ese primer trabajo, se fue corriendo la voz en Tafalla de la creación de este grupo. Cada uno fue sumando a amigos y conocidos, hasta día de hoy, que una vez por semana, se juntan los 17 integrantes de la asociación que se definen como unos "culos inquietos" que no paran de tener ideas para reconstruir Tafalla.

En este grupo, todos y todas los que lo componen aportan sus conocimientos, unos físicos y otros más artísticos, como es el caso de Isabel Lizarbe, que, entre otras labores, es la encargada de documentar cada trabajo que hacen. "Hacemos fotografías y vídeos de cada salida, luego los edito y así tenemos el recuerdo de cada labor. Luego difundimos estos documentos por la redes", explica Lizarbe. La tafallesa reconoce que fue un día a probar, le gustó la labor que hacían y, sobre todo, el buen ambiente que se respira cuando se juntan. "Además de la satisfacción del trabajo que hacemos, nos lo pasamos genial y nos llevamos todos muy bien. Yo estoy feliz aquí", confiesa Lizarbe.

Su marido, Agustín Guillén, es uno de los más activos del grupo, y comparte la afición de su mujer por las manualidades. Entre los dos crearon las figuras del belén que adornaron este año un pequeño jardín en la parte vieja de Tafalla. "Se nos ocurrió hacerlas con poliespan, así que las fuimos tallando, encargamos las cabezas para que quedasen más bonitas e Isabel les hizo los trajes a medida", narra Guillén. Tras la creación de las figuras, el resto del grupo se encargó se hacer el portal, casi, a tamaño real.

Colaboración

Además de arreglar y crear estos espacios, uno de los objetivos principales de la agrupación es involucrar a los vecinos y vecinas, por eso, cada vez que hacen un trabajo, colaboran con ellos para que haya un seguimiento. "Los vecinos se implican y nos apoyan muchísimo, se encargan de regar los jardines con su agua y sus propias herramientas", dice Guillén. Además de esta implicación, la asociación destaca el agradecimiento del vecindario, que les suelen llevar bombones y hasta "porrones de cerveza para tomar el vermut cuando terminamos el trabajo". Unos detalles que, como cuentan, les anima a continuar con estas labores.

Uno de los compromisos del grupo es colaborar con las asociaciones de la zona, como en el caso del Proyecto Berdesia, con los que ayudar en la plantación, mantenimiento y riego de árboles, o con la Mancomunidad de Mairaga, con los que elaboran campañas publicitarias de concienciación de medio ambiente.

De sus trabajos más importantes de los últimos meses destacan la limpieza del puente de la Panueva, que hasta hace semanas estaba cubierto por la maleza. "Nos ha costado mucho desbrozar esa zona, pero queríamos que se viese la belleza de ese puente que tan importante ha sido para Tafalla", cuenta Herminio Rekalde, que decidió implicarse en la asociación porque cree que hay que hacer que los pueblos "funcionen y que los vecinos colaboren, como se hacia antes".

Hace unas semanas, la asociación comenzó a mantener conversaciones con el Ayuntamiento de Tafalla para reafirmar su intención de no entorpecer sino colaborar con los entes sociales del municipio. "Queremos dejar claro que no queremos conflictos ni quitar el trabajo a nadie, sino actuar en cooperación con el Ayuntamiento y la brigada", cuenta Guillén. Por eso, el ente ha solicitado poder entrar en los presupuestos municipales de Tafalla para poder contar con recursos como un local donde guarda todo su material.

Nuevos proyectos

Ahora, los 17 preparan dos nuevos proyectos: colaborar con los artistas de la zona de Tafalla para tapar pintadas de las fachadas y hacer, en su lugar, murales y el proyecto 'la tiza de la vergüenza'. Este último, en cooperación con Mairaga, consiste en rodear con un circulo de tiza las colillas del suelo para concienciar sobre la limpieza de las calles.

Todas estas acciones son, sin duda, un ejemplo de comunidad y vecindad que aumenta el valor de los rincones de su municipio.