España es una nación de start ups foodtech. Ese es uno de los mensajes que desde las administraciones, con entidades como CEIN o ICEX, así como desde las iniciativas privadas como Eatable Adventures o Forward Fooding, por citar solo algunas, nos están transmitiendo. Y es que, a nivel mundial, la alimentación esta sufriendo una evolución y cambio que la transformara de forma muy significativa, a través de la tecnología, y concretamente de las conocidas como emergentes o disruptivas, y España, dentro del marco de la necesidad de evolución de sus sistema económico, esta apostando por dicho foodtech.

Pero, ¿qué diferencia a una start up de una empresa tradicional? Ingredalia está definida tanto como startup como foodtech, dado que somos una empresa que aún no genera suficiente facturación para sobrevivir de la misma, pero necesita capital dado que sus procesos no están validados industrialmente, es decir, parten de una buena idea o de resultados de investigación, que no han sido probados a nivel industrial, a una escala suficiente para que sean competitivos en el mercado. Y lo que hacemos esta basado en ciencia y tecnología, no son procesos tradicionales.

Ingredalia, para aquellos que no nos conozcan, es una empresa que busca conseguir que todo aquello que ahora mismo se descarta en la transformación y producción de vegetales, se convierta en ingredientes, de los conocidos como funcionales, llevando los compuestos activos para la salud que actualmente malgastamos, de vuelta a la cadena alimentaria. Estamos hablando de millones de toneladas en cantidad, y más de 400.000 millones de dólares en valor a nivel mundial. Y ya en 2021 conseguimos llevar a mercado ingredientes basados en Broccoli, que tiene un nivel muy elevado de subproducto industrial, de hasta un tercio de lo que se cultiva en campo, que en el caso de Navarra puede ser más de 35.000 toneladas al año.

El año pasado, para Ingredalia, estuvo marcado por una ronda de ampliación de capital, que fue realizada por los socios industriales que ya habían apostado por la empresa, necesaria para poder seguir avanzando en las necesidades de desarrollo, dado que para poder llevar al mercado los productos foodtech hace falta un dossier de estudios científicos y técnicos, que se deben financiar antes de llegar a los niveles de ventas que se pueden conseguir. Además, la empresa realizó toda una fase de desarrollo interno para poder recuperar uno de los elementos clave de su producto estrella, la enzima Myrosinasa, desde el mismo Broccoli que la contiene. Esto es un hito importante para la empresa, que demuestra así que es capaz de generar su propio conocimiento, no solo explota el que se uso para fundarla. Y eso, solo con 3 años de actividad real, marcada también por la pandemia, que afectó.

La realidad es que los mercados basados en conocimiento y tecnología se escapan de los precios de los productos básicos, conocidos como “commodities”, y se permite marcar el precio a la empresa que los produce, pero siempre y cuando no provoque un aumento de costes para el consumidor que haga que no sea competitivo en el mercado. Pero mercados como el de los alimentos para mascotas, por ejemplo, son mas receptivos a novedades siempre que aporten valor, y no son tan dependientes del precio.

Además, el futuro de Ingredalia pasa por la internacionalización. El mercado principal de los ingredientes funcionales que desarrollamos no esta en España, dado que somos un país con acceso a las frutas y verduras frescas, y una cultura de dieta mediterránea que hace que el consumo de suplementos alimenticios no sea tan alto como en otros países. Pero la tendencia del mercado, tras la pandemia de la Covid, es un aumento claro del consumo de este tipo de productos. Aun así, los mercados principales siguen siendo, con amplia diferencia, Estados Unidos, seguido por Europa, y está creciendo muy rápido Asia, sobre todo por la tracción de Singapur, pero tanto Japón como otros países como Tailandia o Filipinas, están demandando estos ingredientes.

La economía circular, ese concepto tan de moda ahora, ya estaba en la fundación de Ingredalia, pero también sus fundadores llevaban años ejerciéndola. Para Ingredalia dicha economía circular esta en su ADN, en su fundación, no es algo pasajero que se cambiara cuando llegue el momento. Es el futuro no solo de Ingredalia, sino parte importante del sector, ya que a través de este tipo de estrategias no solo se puede recuperar valor, sino que se puede devolver parte del mismo a toda la cadena de valor, siendo ese uno de los objetivos claros de Ingredalia para asegurar no solo su continuidad, sino su crecimiento. La cadena alimentaria se debe entender en su conjunto, aunque cada parte haga su función, pero la colaboración entre todas las partes es clave no solo para sobrevivir, sino para crecer. Y es gracias a esa colaboración, que nos dan nuestros socios pero también nuestros clientes, proveedores, colaboradores y más compañeros de viaje, que conseguimos crecer y mantenernos.