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Me han echado droga en el cola-cao

Desayuno mientras ojeo el periódico. Nada más abrirlo, leo que los policías concentrados frente al Parlamento de Navarra gritaron "¡Zabaleta presidente!". Me atraganto. Vuelvo a leer y vuelve a poner lo mismo. Me vuelvo a atragantar. Para que luego digan que Zabaleta no es un candidato lo suficientemente transversal. Quizás por la momentánea falta de oxígeno, mi cerebro divaga mientras miro la fotografía de la manifestación de policías. Uniformados frente a protestantes. Si la concentración hubiera degenerado y los agentes que estaban trabajando hubieran recibido la orden de cargar contra los que se estaban manifestando, y ese instante hubiese coincidido con el momento en el que uno de esos últimos entraba de servicio, en ese instante, en ese momento, ese individuo habría sido a un tiempo agente de servicio y manifestante, por lo que se tendría que haber atizado a sí mismo. La imagen me recuerda al PSN, que en este asunto ha tumbado sus propias enmiendas. Intento centrarme. Vuelvo al periódico. Me topo precisamente con un faldón publicitario del PSN, en el que Roberto Jiménez y José Blanco posan bajo el lema "Ganando el cambio". Inevitablemente, me vuelvo a atragantar. No sé si reír o llorar. Lo curioso es que al mirar la foto de los dos próceres socialistas me da la sensación de que están en la misma tesitura, pues ambos lucen una extraña media sonrisa. No está claro si es una mueca desganada o un intento de contener la carcajada. No se puede negar que a Jiménez el cambio le favorece. Me refiero, evidentemente, al cambio de peinado. Se ha cortado el flequillo. Está mucho mejor así. Habida cuenta de lo ocurrido en 2007, se me ocurre un buen lema electoral para la campaña del PSN: "Ganando el cambio... de peinado". Podrían completarlo con un "En Navarra tú decides... la largura de tu flequillo". Aunque con ese segundo tendrían que tener cuidado porque se podría volver en su contra: da toda la sensación de que el corte de pelo ha sido decidido por asesores estéticos venidos desde Madrid. Retorno a las páginas del diario. Aquí pone que en 2011 el Gobierno de Navarra asignará 9,7 millones menos a la UPNA. Allá, que el mismo Gobierno foral destinará 7,5 al museo de los Sanfermines y 26,5 -¡26,5!- al ínclito Reyno de Navarra Arena. Me atraganto por enésima vez. La lectura del periódico me está resultando al mismo tiempo alucinante y alucinógena. De pronto, me acuerdo de la peregrina excusa que un colega le espetó hace mil años a su madre, cuando un seis de julio llegó a comer a casa seriamente perjudicado: "Me han echado droga en el cola-cao". Cola-cao alucinógeno. No. Imposible. Miro mi tazón y no parece que tenga nada raro. Aun así, por si acaso, no me lo acabo, no vaya a ser que lo de Gorka fuese verdad.