QUISIERA hacer algún comentario sobre la carta del señor Sergio Asensio Martínez de San Vicente publicada el día 13 de enero y titulada El papel de la medicina convencional. Soy médico y no me avergüenzo de recetar medicamentos, pero no veo la relación entre esta actividad y el universo newtoniano, que no es tan materialista como el señor Martínez piensa, ya que Newton consideraba al espacio y al tiempo como los sensores de Dios. En cuanto al empleo de la física cuántica, de sus avances se están beneficiando muchos pacientes a través de pruebas de imagen, tratamientos para el cáncer y otras técnicas que empleamos los médicos, aunque Martínez no se haya enterado.
Argumentar que los médicos prescriben cantidades ingentes de medicamentos es como decir que los psicólogos hablan excesivamente con sus clientes. Por una parte, no es intrínsecamente malo, a pesar de que Martínez nos acuse de aumentar la letalidad (de allí a llamarnos homicidas hay muy poco), pero además, si lo hacemos puede que se deba a que existe una demanda en la sociedad. No tener en cuenta esta posibilidad supone infravalorar al usuario y otorgar a los médicos una capacidad de manipulación excesiva. Independientemente de que luego los pacientes hagan uso de todo lo que recetamos, al menos lo solicitan, y eso debería ser tenido en cuenta por el señor Martínez.
Los médicos hacemos otras muchas cosas, aparte de recetar pastillas, estoy seguro de que los lectores preferirán que les ahorre su enumeración. Sin embargo, quizás merezca la pena recordar que la psicología tiene muy pocos atributos para ser considerada como ciencia. Al margen de los experimentos de Pavlov, que dieron lugar al conductismo y la parafernalia con pretensiones científicas del psicoanálisis, nos quedarían las técnicas de medición de variables del comportamiento como inteligencia o percepción.
Finalmente, les dejo a los trabajadores de la industria farmacéutica la tarea de contestar a sus faltas de respeto.
Imanol Rekalde Glaría
Médico de familia