SOY profesora y madre del modelo D, por orden cronológico, y soy inocente de todo lo que, veladamente, se me acusa. Llevo más de veinte años trabajando en educación y estoy indignada con las numerosas informaciones interesadamente sesgadas que tanto daño hacen en este periodo previo a la campaña de prematriculación.
Siempre he trabajado en escuelas abiertas, con ventanas, puertas entreabiertas, con ejes al exterior. Me apasiona mi trabajo y los niños y las niñas, así como sus familias en toda su diversidad, me merecen todo el respeto del mundo. La diversidad es una realidad de los centros públicos y me gusta porque nos enriquece a todas y todos.
Desde los inicios mis compañeras y compañeros, así como las familias, hemos arrimado el hombro en tiempos difíciles, hemos hecho rosquillas, pintado estanterías, montado cocinitas de madera con muebles reciclados, organizado excursiones a las huertas de familiares con almuerzos compartidos, cosido fundas para reconvertir cuartos de almacenaje en vistosas salas de psicomotricidad, hemos cantado, bailado, reído y llorado juntos, vuelto a reír, vuelto a llorar?
Erreniega, escuela pública de modelo D, recibió la semana pasada el reconocimiento del departamento de Educación del Gobierno de Navarra en el ámbito de la calidad en la gestión de centros educativos a manos del consejero Iribas, y el reconocimiento al Compromiso con la excelencia el 19 de noviembre en el teatro Gaztambide de Tudela. Dispone en las clases del rincón de la oreja-boca para solucionar los problemas. Igual es el momento de que la boca haga de oreja y escuche.
También dispone de un grupo de alumnos formados en mediación de conflictos, cuyo objetivo es la resolución pacífica del mismo y conlleva un compromiso y un contrato en el que no haya ganadores ni perdedores sino que ambas partes ganen. Si tú ganas, ganamos todos. Si tú pierdes todos perdemos. Yo creo que en este momento sería importante que una de las partes no se sintiera tan perdedora. Sinceramente, creo que no nos lo merecemos.
En una entrevista de Eduard Punset con Richard Wiseman, psicólogo de la Universidad de Hertfordshire, se refiere que: "Científicamente se ha demostrado que son necesarios cinco cumplidos seguidos para borrar las huellas perversas de un insulto".
Como la espera se promete larga, más bien indefinida, pongo mi granito de arena para aliviar un poco la tristeza de compañeros y compañeras y familias del modelo D:
1. Gure hizkuntza gizadiaren ondarea da.
2. Chillidak zioenez gure erroak hemen sustraituta ditugu bainan gure besoek mundu osoa besarkatuz eta beste edonongo kulturako ideiak geureganatuz.
3. Emandako hitza gure balorea da.
4. Auzolana gure egiteko era.
5. Gu nortzu gara? Gu gara nortzu!