A la Junta de la Asociación Navarra de Autismo (ANA)
Agradezco, Sra Amaya, su carta, aunque no su tono, si bien éste también lo disculpo dada la especial sensibilidad desde la que escribe.
Quiero manifestarles dos cosas básicamente. La primera, que lamento profundamente haber dado pie a una lectura como la suya, contra la que no puedo hacer otra cosa que confrontarla con la que hago yo mismo. Todo texto dado a la luz adquiere autonomía propia y es cada lector quien lo lee a su manera, con todo derecho. El propio autor, en ese sentido, se convierte en un lector más. Y el propio autor, también con todo derecho, puede confrontar su lectura con la de otros lectores. Es a lo que ya me he limitado en las contestaciones a vuelapluma que he podido hacer en Internet estos días en que estaba de viaje, cuando se ha desatado la polémica. Y es lo que hago ahora con más tiempo, con todo el respeto hacia su lectura, hacia su sensibilidad y hacia la causa que ANA defiende. Tengo algunos principios muy claros, y uno de ellos es éste: “muerte a la enfermedad, vida a sus víctimas”, vida digna, vida de calidad, atención y reconocimiento social, económico y cultural. Por ello pido disculpas por haber dado pie a la lectura de ustedes y reafirmo mi simpatía, me crean o no, hacia su causa.
Y la segunda cuestión: estar por una causa no significa compartir al cien por cien los discursos que se generen a su favor. ¡Cuántas causas totalmente justas no han retrasado el logro de sus diversos objetivos por culpa, entre otras cosas, de discursos poco adecuados! En este sentido confronto mi lectura con la suya, explicando lo que yo leo en el artículo. Confronto, por ejemplo, el sentido etimológico del término autismo con el que expresan ustedes, así como el desarrollo metafórico del tema a partir de ahí. Dicen bien ustedes que autismo, etimológicamente, procede de autós en griego, significando propio, uno mismo. Pero se olvidan del segundo componente del término, del sufijo ismós, un sufijo empleado para derivar nombres a partir de cierto tipo de verbos y que designa tendencia, propensión hacia algo. Se forman así sustantivos que no designan en sí maldad o bondad en las tendencias. Eso sí, como todas las tendencias y pulsiones humanas, si no se gestionan bien, pueden derivar en trastornos, problemas y hasta patologías. Etimológicamente hablando, todos somos autistas, felizmente, es decir, todos tenemos la más que sana y necesaria tendencia a concentrarnos en nosotros mismos, a analizar nuestro propio interior y nuestras visiones de la realidad exterior desde nosotros mismos. De ese sentido primordial han derivado luego en muchas áreas del pensamiento, de las artes, de la salud? diferentes ismos, diferentes términos que, si bien en el ámbito médico designan enfermedades, no es igual en otras áreas, a menos, claro, que consideremos socialismo, cristianismo, anglicismo,existencialismo..., como patologías.
Ni comparto tampoco la campaña para que en el DRAE se sustituya la tercera acepción de la entrada Autista (“Dicho de una persona, encerrada en su mundo, conscientemente alejada de la realidad”) por la que Autismo España propone: “3. Persona con autismo o 4. Persona que presenta dificultades en la comunicación e interacción social, así como en la flexibilidad del pensamiento y de la conducta derivadas del autismo”. Me parece bien que se añada una cuarta acepción en su sentido médico, pero no que se pretenda la eliminación de la actual tercera, que responde, a mi juicio, mejor al sentido etimológico originario del término. Creo y reitero que, a partir de ese sentido etimológico, es desarrollable un hilo argumental como el del artículo sin tener que ver en él ninguna ofensa hacia colectivo alguno de TEA. De la misma forma se habla metafóricamente de ceguera, cojera, manquedad, sordera mental..., al criticar actitudes políticas o administrativas sin que cojos ni sordos ni ciegos ni mancos se sientan ofendidos. Les sirva o no mi explicación, es lo único que puedo honestamente hacer, mostrar otra lectura del artículo, con todo mi respeto, me quieran creer o no, hacia el colectivo autista.