Me gustaría hacer alguna apreciación sobre la noticia que aparecía el miércoles 12 de septiembre en DIARIO DE NOTICIAS con el titular “El 70% de los jóvenes navarros tiene sexo una vez o menos de una vez a la semana según un estudio”.

Empezaré por lo que considero un error grave en el que en mi opinión cae el artículo, que es reducir el sexo a la penetración. La palabra sexo nos puede llevar a varios significados. Por un lado puede expresar el sexo que somos, o sea mujeres, hombres o una combinación de ambos. Por otro puede apuntar al sexo que se hace, al que para aclararnos nos podemos referir como prácticas eróticas, o sea acciones que tienen lugar por el deseo natural que se genera entre seres sexuados (con sexo) y cuyo objetivo es el placer. Es a esta última acepción a la que se refiere el artículo publicado, del cual es importante saber que está basado en la encuesta realizada por una empresa de preservativos masculinos.

Me parece lógico que en la defensa de sus intereses comerciales, esta empresa reduzca las prácticas de placer compartido solamente a una, a la que a ella le beneficia, o sea a la penetración. Pero es algo que no nos tenemos que creer las demás (personas), y si no somos accionistas de una empresa de condones no es razonable identificar sexo exclusivamente con penetración. Aunque tengo que reconocer que debido a una deficiente educación sexual y a un triste pasado influenciado por la religión es una idea bastante extendida.

Si en esto del placer erótico compartido conseguimos dejar a un lado normas religiosas o sociales establecidas sin ninguna base científica y dejamos a los cuerpos deseosos comunicarse entre sí hablando su propio lenguaje del placer, es muy probable que las acciones que surjan vayan mucho más allá del acto de meter. Estaríamos hablando de un sexo que tiene muy variadas posibilidades. Posibilidades que en algunos casos se colocan equivocadamente en la sección de preliminares sin tener en cuenta que en sí mismas pueden ser relaciones satisfactorias, y por tanto relaciones completas de placer, y en otros se miran con recelo por ser desconocidas, poco usuales o simplemente por no ser prácticas bien vistas por una mayoría.

En vez de reducirlo a penetración, sería bueno ampliar el significado de expresiones como tener relaciones, hacerlo o tener sexo, con todo tipo de acciones que busquen el placer erótico, siempre que sean prácticas consensuadas y seguras para sus participantes.

Para terminar, me gustaría resaltar el dato que nos ofrecen sobre el alto desconocimiento de la salud sexual de la persona con la que se mantiene el encuentro. Un dato que resulta preocupante pero que tiene su explicación de nuevo en lo mismo, en la escasa educación sexual que nos ofrece esta sociedad nuestra tan avanzada. Si queremos mejorar la salud sexual de las personas hay que introducir la educación sexual para todas las edades, porque es una cualidad humana que nos acompaña toda nuestra vida.

El autor es sexólogo de sexoguay.com