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Al menos, que digan esta vez la verdad

Espero muy poco de este adelanto electoral. Los dirigentes de los principales partidos en el Estado han vuelto a demostrar que sus prioridades están en lograr posiciones de ventaja en ese juego de tronos en que han convertido la política antes que en los intereses y necesidades de la sociedad. Me conformaría con que nos dijeran la verdad sobre qué intenciones tienen para utilizar a partir del 10-N nuestros votos. En abril prometieron una cosa y han hecho otras y han terminado devolviendo a los electores la responsabilidad de votar de nuevo para intentar ocultar la irresponsabilidad de su fracaso. Todo está sometido a la situación en Catalunya, con la sentencia del Supremo a punto de hacerse pública y las consecuencias sociales, penales y políticas que de ella se deriven. Y la sombra alargada de la corrupción del PP, cuyos máximos dirigentes en Madrid durante los últimos años ya tienen fecha con el banquillo de los acusados. No sé que fórmula de acuerdos saldrá de la cita con las urnas. Casado y Rivera han reculado en sus posiciones y discursos y ahora no descartan apoyar a Sánchez, incluso formar una coalición de Gobierno. Casado, para tratar de hacer al menos un poco creíble el giro del PP a lo que llama moderación que están vendiendo para esta campaña. Rivera, porque está en barrena electoral. Todo indica que los mismos que financiaron y auparon a Ciudadanos en los medios ya le dan por amortizado. A UPN todo esto le ha pillado fuera de juego otra vez. Sánchez juega al no compromiso claro, a insistir en que quiere apoyos más que acuerdos y pactos. La política actual no funciona. Está en manos de la demoscopia y los asesores, del tactismo partidista y personal. Y esa sombría escenificación de la política también puede salpicar a Navarra en la línea de flotación de su estabilidad. Lo que parece venir no tiene buena pinta. Y menos aún con los tambores de recesión retumbando. Eso sí, queda el morbo democrático de ver cómo queda esta vez el reparto de los cinco escaños que Navarra aporta al Congreso la noche electoral.