Hace unos días, en un canal de nuestras televisiones, se analizaba si era necesario o no el uso de la mascarilla. Tres médicos y una científica lo debatían, y ellas, que eran dos, opinaban que no era necesario su uso, y los dos médicos, que sí. Daban una serie de razones y datos científicos, que confieso que no entendí nada. En otro orden de noticias, leemos hoy en la prensa que el hombre se prepara para ir al planeta Marte, distante de nosotros a 225 millones de kilómetros, donde la temperatura máxima al día es de 20º y por la noche de 80º bajo cero, y donde su atmósfera el 95% es dióxido de carbono, muy escaso el oxígeno. Datos que te hacen pensar que habrá que abrigarse mucho para poder dormir, y que respirar será muy incómodo. Ante estas noticias uno se pregunta: ¿No habría que aunar esfuerzos, antes de hacer semejante viaje, para resolver el grave problema que nos acucia con el bicho y acordarnos antes de ir a descubrir mundos nuevos de los que no saben lo que son lo huevos? Dejo la respuesta en el aire.