omos conscientes de que el trabajo que se viene realizando pueblo a pueblo, barrio a barrio, durante los últimos meses está dejando unos cimientos muy fuertes, que van a posibilitar una dinámica incluso más fuerte durante los próximos meses. Porque es el momento para ello. La sociedad vasca se ha mostrado dispuesta a movilizarse para reclamar una solución a la actual situación de vulneración de derechos que están sufriendo los/as presos/as vascos/as, pero también sus familiares y amigos.

Esto nos demuestra que estamos trabajando en la buena dirección, porque cada vez son más las personas que están implicándose en dinámicas que Sare está proponiendo. Esta sociedad quiere construir el camino de la resolución, el camino de regreso a casa de las personas presas y exiliadas, el camino hacia la convivencia y la paz.

El 21 de noviembre volveremos a salir a las calles y plazas de pueblos, barrios y ciudades de este país, donde hemos convocado diferentes iniciativas. Como veis, no paramos, no queremos parar. Estamos dispuestos a dar fin a tanto sufrimiento que impide crear ese necesario espacio de convivencia y de paz en nuestro país. Por medio de estas líneas queremos animar a todas aquellas personas que quieran ser parte del camino, que el 21 de noviembre salgan nuevamente a la calle. Habrá más de cuarenta movilizaciones a lo largo y ancho de nuestro herrialde, prácticamente en todos los eskualdes. A destacar la manifestación y el posterior mosaico de Iruñerria, que partirá a las cinco de la tarde del paseo Sarasate, y concluirá con un mosaico en la plaza de los Fueros.

El regreso a casa de presas y exiliados es el objetivo. Y para ello seguiremos dando pasos y haciendo camino. Queremos mirar adelante y queremos avanzar.

Tenemos que seguir exigiendo a los gobiernos español y francés voluntad política y denunciar que aquí todavía hay cientos de presos/as, a cientos de kilómetros de sus casas. El 40% de los/as presas vascas está a una distancia media de sus casas de 850 kilómetros de ida, y otros 850 kilómetros de vuelta. También otro 20% está a una distancia media de sus casas de 500 kilómetros. Con los movimientos que se están haciendo en los últimos meses, no se termina con la política de alejamiento, ni con la excepcionalidad con la que se trata a los y las presas vascas. Seguirán siendo parches mientras no haya voluntad política para dar solución definitivamente a tantos años de sufrimiento. Sin duda es mucho mejor para cualquier familia, tener a su familiar preso más cerca, en vez de en Algeciras, en Dueñas, o en Burgos. ¡Claro que es mucho mejor! Pero nosotros queremos poner fin definitivamente a la política de alejamiento y traer a todos/as los presos y presas a sus casas. Y lo decimos alto y claro, a sus casas.

En definitiva, la actual política penitenciaria es la que está posibilitando vulneraciones graves de derechos fundamentales. La crueldad que todo esto evidencia solo puede sentirse como un castigo añadido que no cesa. Por eso, una vez más, exigiremos justicia y exigiremos el fin del régimen de excepcionalidad, porque ambas cosas se les está hurtando a presos y presas vascas. La mayor gravedad de esta aplicación de esta política penitenciaria, si es que pudiéramos medirla de alguna forma, estaría en su ilegalidad y en su falta de respeto de derechos fundamentales, a los que tienen igual derecho las personas privadas de libertad. Hay derechos que una sentencia judicial nunca puede arrebatar a una persona presa. Y se les está arrebatando.

Por último, queremos hacer saber que los y las presas vascas y sus familiares no están solos/as frente a esta vulneración, porque en la calle somos cada vez más los que luchamos por su dignidad, por sus derechos y por su vuelta a casa.

Sigamos trabajando como lo estamos haciendo. Es el momento. Una mayoría política, sindical y social también lo reclama. Esta situación no se puede eternizar, porque si queremos recorrer el camino hacia la convivencia, hay que poner fin a esta cruel política penitenciaria y abrir el camino de regreso a casa de presos/as y exiliados/as.

Hay que seguir dando pasos hasta conseguir el objetivo. Y si paramos, que sea para para coger impulso. Sigamos haciendo camino, seamos el camino.

Bidea gara, bidean gaude.

Responsables de Sare en Nafarroa