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Mesa de Redacción

Ana Ibarra Lazkoz

Guerrero en la épica

eguramente no es casual que Patxo Guerrero haya sido la primera persona en recibir la vacuna en Navarra. Quienes lo conocen dicen que es un hombre que hace honor a su apellido y que con su arrojo y vitalidad levanta el ánimo y la sonrisa de sus compañeros en El Vergel. Ayer fue el primero de los 145 residentes de este centro público que fueron inmunizados. Abrumado por los focos y las cámaras, animaba a la gente a vacunarse, "a ver si poco a poco terminamos con la covid". 70 años, joven todavía entre tanto abuelo, Guerrero ya formaba parte de nuestro archivo. En pleno mes de abril, era de los que salía a diario a la puerta del centro con un arco iris de colores en las manos para homenajear a los sanitarios que luchaban por salvar vidas. Su rostro, siempre en primera línea, lo decía todo. Más que muchas gracias. Transmitía fuerza y esperanza. Gente como él es necesaria en momentos como éste, cuando se nos habla de una tercera ola. A 332 kilómetros de distancia, en Guadalajara Mónica Tapias, la auxiliar de enfermería encargada de vacunar a la nonagenaria Araceli Hidalgo apelaba a no tener miedo para "acabar cuanto antes esta pesadilla". Estos días escucho todo tipo de discursos y cada vez lo tengo más claro: o nos vacunamos o nos encerramos en casa. No veo otra solución.