l PP ha decidido cambiar su sede central para intentar superar los fantasmas del pasado y como una huida hacia adelante carente de la indispensable autocrítica. Esperemos que durante el traslado encuentren esos fantasmas que destruyeron los discos duros del extesorero más corrupto de la historia; los mismos fantasmas que escamotearon la comprometedora y delictiva contabilidad en B para financiar ilegalmente campañas electorales y remodelar sedes; esos espíritus que también transmutaron concesiones de obras y servicios públicos a cambio de donaciones; los que no despedían a los delincuentes sino que les pagaban "indemnizaciones en diferido"; los fantasmas que ayudaron a transferir al menos medio centenar de millones a cuentas de Suiza; los animaron al líder Mariano Rajoy a alentar al ejecutor material de las fechorías del PP con el célebre "sé fuerte, Luis"... Muchos y peligrosos fantasmas del pasado que un simple traslado de sede no puede enmascarar. Sobre todo si se produce tras el peor resultado en Catalunya y tras una política de alianzas para mantenerse en el poder en tres CCAA con los más ultras, que por cierto le está dando alas a Vox y laminando sin piedad sus nichos de voto. Nada se dijo de la preocupante situación económica del partido, que debe un "porrón de millones" tras sus fracasos electorales y puede haber sido el detonante del cambio a la espera de un pelotazo inmobiliario que algunos cifran en hasta 70 millones. Pero la realidad que más ha primado en este fantasmal traslado, y a la que el propio Casado aludió con la boca pequeña, es el calendario judicial que le espera al PP, con dos años de vistas orales en las que se dilucidarán -con negras perspectivas para el liderazgo de Casado- diez casos que van desde la caja B del partido; parte de la trama Gürtel en la que el PP participó a título lucrativo; comisiones a altos cargos por operaciones inmobiliarias con pingües beneficios; contratos amañados, mordidas en adjudicaciones, financiación ilegal de campañas... Demasiadas corruptelas para que Casado las afronte desde la calle Génova y con un liderazgo cada vez más cuestionado mientras Feijóo aguarda agazapado en Galicia su oportunidad. Que llegará más pronto que tarde.

Casado debe afrontar desde Génova demasiados casos de corrupción con un liderazgo cada vez más cuestionado y mientras Feijóo aguarda agazapado