a violencia que sufrimos las mujeres por el hecho de ser mujeres es el principal déficit democrático que tenemos como sociedad. Lo demuestra el incesante goteo de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas, que impactan día a día en nuestra cotidianidad. Y es precisamente esa cotidianidad, junto con los indecentes discursos negacionistas de la ultraderecha y de parte de la derecha, lo que está haciendo que parte de la sociedad asista peligrosamente anestesiada a unas cifras que no dejan de crecer, 32 mujeres en lo que va de año y 1.110 desde que hay datos. Unas cifras que no son más que la punta del iceberg de una violencia machista que se manifiesta de múltiples formas y que destroza la vida y los proyectos personales de miles de mujeres. Se puede hacer, además, de una manera muy rápida y extrema como, desgraciadamente, estamos viendo estos días en Afganistán.

Para los socialistas, la violencia machista debe ser un asunto de Estado. Así lo consideramos cuando logramos, en 2017, que todos los partidos representados en el Congreso de los Diputados firmasen por primera vez un Pacto de Estado en materia de Violencia de Género. Un documento con medidas de calado, con financiación adecuada, pero sobre todo importante por lo que en sí representaba. La lucha contra la violencia machista dejaba de ser opcional, para ser obligatoria y un compromiso de todos los partidos y de todas las instituciones. Ese documento contenía, entre otras cuestiones, algo fundamental para los socialistas: el uso de la coeducación para acabar con la violencia machista. Y es que, sin duda alguna, la educación en igualdad es la principal herramienta para acabar con las desigualdades entre mujeres y hombres, y desde luego para acabar con su expresión más dramática, las violencias machistas.

Nuestro compromiso con la coeducación forma parte de nuestro trabajo diario en todas las instituciones, y por supuesto en el Gobierno de Navarra. Estamos convencidos de que es ese el modelo sobre el que se debe asentar la escuela del futuro. Por ello, una de las primeras acciones que llevó a cabo el actual Departamento de Educación fue asegurar su seguridad jurídica. La pasada legislatura, es cierto que se dio un paso importante con el programa SKOLAE, pero también es evidente que su implantación tenía déficits formales que ahora se han solucionado con el nuevo Decreto Foral. Un decreto avalado por el Consejo de Navarra y que hace obligatoria la coeducación en todos los centros sostenidos con dinero público. Y es que en política no solo es importante hacer las cosas, sino hacerlas bien. Y más en los ámbitos, como éste, que generan tantas resistencias entre sectores conservadores.

Los socialistas conocemos bien los ataques de la derecha y sabemos que la única manera de proteger los avances en igualdad es dando seguridad jurídica. Por eso, el empeño del consejero Gimeno por asegurar legalmente algo tan importante como es la coeducación. Su trabajo riguroso ha permitido que hoy en Navarra no haya ninguna duda. E insisto, la coeducación es de obligado cumplimiento en todos los centros educativos públicos y concertados. En todos, sin excepción. Un esfuerzo que ha ido acompasado con la aprobación de la nueva Ley Orgánica de Educación: la LOMLOE. Una ley que es un avance sin precedentes en la incorporación de la igualdad de género en la educación. Una ley transformadora, con la coeducación como principio rector y que apuesta por la calidad y la equidad en el marco de un sistema educativo basado en el fortalecimiento de los valores éticos y democráticos. Un texto que fomenta el aprendizaje de la igualdad efectiva de mujeres y hombres, la prevención de la violencia hacia las mujeres y el respeto a la diversidad afectivo sexual en todas las etapas educativas, cumpliendo así con las propuestas recogidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género de 2017. Además, la LOMLOE introduce una nueva materia sobre valores cívicos y éticos, y las instituciones habrán de estar atentas a que los currículos, los libros de texto y demás materiales educativos fomenten la igualdad y estén libres de estereotipos sexistas. Algo fundamental para acabar con las violencias machistas. En esta labor de prevención de la violencia de género estará toda la comunidad educativa. Porque la lucha contra este tipo de violencia es una cuestión de todas las instituciones, pero también de toda la ciudadanía.

No podemos permitir ni un paso atrás y debemos rechazar con contundencia cualquier mensaje negacionista. Estos discursos que se han introducido en nuestra sociedad de la mano de la ultraderecha y que por desgracia están arrastrando a buena parte de la derecha, no son en vano. Supone poner en peligro la vida de cientos de mujeres y desde luego nuestro sistema democrático. Desde luego los socialistas no lo vamos a tolerar y vamos a seguir trabajando con ahínco por una sociedad mucho más igualitaria, respetuosa, libre de violencia machista y por tanto con mucha calidad democrática.

La autora es parlamentaria del PSN-PSOE