sisto estupefacto a un nuevo conflicto generado por el Sr. Toquero, esta vez, y son ya demasiadas, en torno al futuro de la UPNA en Tudela. En lo que debería haber sido un loable ejercicio de impulso de ésta a través de sesión parlamentaria, para exponer y seducir sobre las bondades que suponen un campus en la Ribera, el actual alcalde de Tudela, una vez más, aprovechó para cargar contra lo divino y lo humano, contra grupos políticos, contra el anterior rector y, por elevación, contra la propia institución de la UPNA.

Asisto igualmente estupefacto a cómo un rector, el anterior, Sr. Carlosena, reta al actual alcalde a ver quién de los dos es más ignorante en torno al tema del campus de Tudela. Todos somos conscientes de la posición del Sr. Carlosena en torno al tema en sus largos años de lucha contra el campus de la UPNA en nuestra ciudad. ¿Es de veras necesario que continúe con su batalla aun habiendo cesado en sus responsabilidades y con el campus ya implantado desde hace 13 años?

Sinceramente, creo que merecemos más que todo esto. No es aceptable el planteamiento de nuestro alcalde que, no nos engañemos, no hace sino tratar de ganar méritos en su partido cargando contra todo lo que no es de su color político (Gobierno central, Gobierno de Navarra, grupos parlamentarios, UPNA...). Un alcalde que ni siquiera conoce ni tiene en cuenta los anteriores documentos sobre el tema elaborados en el Ayuntamiento de Tudela y consensuados en el Consorcio Eder.

Acierta el Sr. Carlosena al retar a Tudela y la Ribera para que, desde su trabajo por el Desarrollo Comarcal, se apalanquen sobre las posibilidades que ofrece el actual campus y no sólo esperemos a que éste nos traiga el maná. Pero sin embargo olvida que, desde 2017, con una participación activa de miembros cualificados de la comunidad educativa de la UPNA, la Ribera cuenta con una Estrategia Comarcal de Especialización Inteligente que orienta no sólo los sectores estratégicos para nuestro territorio, sino que plantea igualmente unos factores de competitividad entre los que destaca “adecuar la oferta formativa reglada, formación profesional y superior, a las necesidades del desarrollo económico y social por el que ha apostado la Comarca en su ECEI”, planteando un proyecto estratégico específico como es el Nº 31 Ampliación de la oferta de formación universitaria en la UPNA campus de Tudela. Es decir, desde 2017 se empezó a esbozar lo que el rector solicitaba, “una estrategia y un plan de desarrollo local con la participación de todos los agentes de influencia”. Se empezaron a hacer los deberes desde el territorio, impulsado por el Consorcio Eder en la anterior legislatura.

Yo insisto en la misma idea que trasladé a los diferentes agentes en los años que tuve el honor de ostentar la responsabilidad de la alcaldía de Tudela: “La única manera de que el campus universitario de Tudela pueda garantizar su viabilidad es alcanzar una oferta formativa e integrada capaz de atraer alumnado de fuera de la comarca; conseguir un campus reconocible y reconocido [...] somos conscientes del esfuerzo que supuso, que surgió del impulso ciudadano, del esfuerzo financiero que es mayor en Tudela que en Arrosadía, pero también que la mejor manera de que perviva el actual campus y dé un giro y contribuya al desarrollo socioeconómico es generar un ecosistema atractivo para la formación de estudiantes no solo de la comarca sino también de fuera”.

Esa estrategia dio su primer paso en 2018 con la propuesta municipal de un nuevo enfoque, el campus Tudela, que impulsara y mejorara de forma integrada toda la oferta de formación superior: formación profesional superior, universitaria presencial y universitaria a distancia. Un nuevo enfoque que fue apoyado por las universidades (UPNA y UNED), los centros de formación profesional (ETI y Escuela de Corella), Gobierno de Navarra, Consorcio Eder, Asociación de Empresarios y diversos agentes sociales.

Las claves de esa nueva estrategia eran por tanto dos: una la de impulsar un ecosistema de Formación Superior sin reducirlo a la universidad ni a la UPNA, y otra la de hacerlo mediante la cooperación, no la confrontación, entre todos los agentes públicos y privados que pudieran enriquecerlo.

Hay diferentes modos de entender el desarrollo de nuestra comunidad. Algunos creemos que debe ser de una manera descentralizada, al menos generando un contrapeso a la excesiva centralidad y peso relativo de Pamplona y la Cuenca. Una vía abierta al eje del Ebro que ayude a equilibrar Navarra, lo que incluye potenciar y retener talento para posibilitar el desarrollo económico y cultural de la Ribera. Pero esto no es una visión meramente política, con el tono peyorativo que utiliza el Sr. Carlosena en su artículo, sino que es una apuesta estratégica de comunidad por la que ya apostó Navarra, reflejada en la ETN (Estrategia Territorial de Navarra) en revisión actualmente, y concretamente en el POT 5 (Plan de Ordenación del Territorio del área 5 Eje del Ebro). Muchos creemos en una Navarra cohesionada territorialmente y con acceso a los servicios públicos de una manera razonable a lo largo y ancho del territorio.

¡Claro que no todos los lugares pueden o deben tener de todo! Esto sería una oferta ineficiente de los servicios públicos, pero debemos proveer a todas las navarras y navarros lo que un amigo llama posibilidad de arraigo, por ver cumplidas expectativas de vida de las personas (vivienda, salud, educación, empleo y cultura entre otros) en un entorno determinado.

Pero paso de la estupefacción inicial a la proposición. Merecemos otra cosa, merecemos responsables políticos e institucionales que sepan cooperar para lograr objetivos compartidos. Que pasen de la descalificación a la elaboración de proyectos bien fundamentados e ilusionantes (como la posibilidad de itinerarios formativos que enlacen formación profesional y universitaria). Que sepan reorientar las políticas, en este caso las referidas a la formación superior para alinearse con las del desarrollo territorial general y el comarcal en particular. Necesitamos menos ruido, menos insultos, menos facha de indignación impostada y muchas más ideas. Necesitamos otros perfiles, necesitamos seducir, convencer, cooperar.

El autor fue alcalde de Tudela en la anterior legislatura