avarra vive un tiempo de encuestas. Al menos tres se han realizado en las últimas semanas a un año de las próximas elecciones forales y municipales, la del PSN que hizo pública ayer Chivite, otra de upn y una más de Eitb.Eitb La intención política de la sociedad navarra no apunta a grandes variaciones ni cambios convulsos. Tiene su lógica en una comunidad pequeña en la que todo, hasta la política, es muy cercano y que goza de niveles más que aceptables de calidad de vida. De hecho, la opinión de los ciudadanos es más positiva que negativa sobre la acción de gobierno, incluida la gestión de la pandemia del coronavirus. Por supuesto, los resultado, similares en los diferentes sondeos, pero no iguales, arrojan el morbo de siempre. Una pugna de todos con todos en todos los espacios ideológicos que se traducen en pequeños bailes de escaños arriba o abajo, según quien cuente el relato de cada sondeo. Todos posibles y creíbles. En el espacio de la actual mayoría política, que sale reforzada en las encuestas, bien entre PSN y Geroa Bai, socios que comparten Gobierno, y que igualmente compiten en el liderazgo con Uxue Barkos y Chivite, bien entre la izquierda del PSN que parece consolidar su apuesta por confluir a las urnas en una sola lista, también con sus socios socialistas y de Geroa o EH Bildu. Además de la pugna entre estos dos últimos por la primacía del espacio nacionalista y vasquista. Quizá por todo ello, los socios del actual Gobierno de Navarra defendían el jueves pasado la viabilidad de futuro de esta apuesta y mostraban unidad tras varios plenos en la Cámara de enfrentamiento y discrepancias. Y lo mismo ocurre en el espectro político más conservador. Quizá no sea así, pero creo que Esparza ya tiene decidido el fin de Navarra Suma y optará por volver a las urnas encabezando en solitario las siglas de UPN. Supongo que asumiendo que la única posibilidad de recuperar el Gobierno de Navarra es regresar al viejo régimen de los pactos con un PSN subordinado que le haga presidente y para ello las siglas del PP también son un estorbo. No veo claro ese camino, que a estas alturas significaría para el PSN sacrificar a Chivite, quien ha sido la mejor líder de los socialistas navarros en las últimas décadas. Ni siquiera que UPN esté dispuesto a dejar parte de su espacio a un PP que con la salida de Casado y la llegada de Feijóo parece caminar al alza pese a los nuevos escándalos de corrupción. Sin olvidar la plataforma que están creando Adanero y Sayas desde la propia UPN tras su expulsión o los indicadores que sitúan a la ultraderecha de Vox entrando en el Parlamento foral. Las alianzas para conformar las listas serán relevantes en las consecuencias. En el Parlamento hay ahora seis grupos políticos que agrupan las siglas de doce partidos. Pero lo cierto es que los tiempos son volátiles y la política también. El último CIS destaca la volatilidad política y que un partido como el PP con el nuevo liderazgo de Feijóo puede avanzar un 8% en intención de voto en apenas 30 días. Y por lo que se puede intuir para los próximos meses, las sombras socioeconómicas en Europa y en el mundo pueden ir a más, sobre todo si la guerra en Ucrania y la crisis de suministros, energía y alimentos se mantienen. Queda aún mucho e imprevisible por delante hasta mayo de 2023.Más aún en estos tiempos inciertos en los que a una crisis le sigue otra crisis.