¿Cuál suele ser la razón principal de un gobierno para denegar alguna petición popular? No hay dinero, ¿no?
Hace unos días, después de demandarlo desde hace más de 20 años, nos llegó a Amagintza la noticia de que el Parlamento de Navarra ha aprobado una enmienda de 30.000 euros para la creación de un banco de leche, que es demasiado pretencioso llamarlo así según nuestro punto de vista, porque no va a ser un verdadero banco de leche como Navarra y sus bebés se merecen.
30.000 euros para comprar neveras y biberones.
30.000 euros para comprar leche materna a otro banco cercano (si este tiene excedente, claro).
Queremos recordar que el uso de leche materna frente a leche artificial reduce considerablemente los días de ingreso en neonatología de las criaturas, entre otros muchos beneficios sobradamente demostrados que no voy a detallar.
Veamos los números, a ver si así se ve más claro.
Construir nuestro propio banco (de verdad, no un parche) cuesta 100.000 euros y su mantenimiento anual, 70.000 euros.
Al año, la unidad de neonatología acoge una media de 500 criaturas. De esas, se estima que 400 podrían beneficiarse de la leche materna donada.
Tiremos por lo bajo, que luego dicen que exageramos.
Supongamos que 100 de esas criaturas, gracias a la leche materna donada, reducen un día su ingreso, que cuesta 1.500 euros.
Solo con eso, el Gobierno se ahorraría 150.000 euros en ingresos hospitalarios.
En dos años estaría pagado el banco, cubierto el gasto anual y ya habría beneficios económicos a partir de entonces.
Las cuentas son claras, y eso solo estimando un día menos de ingreso, sin contar el ahorro en leche de fórmula (la materna saldría gratis) ni las posibles complicaciones posteriores.
Entonces nos preguntamos, ¿por qué?
Los políticos lo apoyaron.
Los profesionales de neonatología lo demandan.
Las madres navarras quieren donar.
¿Cuál es la razón para no tener nuestro propio banco de leche, como el resto de comunidades?
Mirando los números y los beneficios demostrados, ¿hay algún interés oculto que se nos escapa?
¿Conflicto de intereses, quizá?
Saquen sus propias conclusiones, pero yo soy de las que piensan… piensa mal, y acertarás.