La verdad es que acudir al Nafarroa Oinez da un poco de pereza si tienes más de 20 años. Es lo que ocurre con estas macro-fiestas en favor de las ikastolas y el euskera, en general. Por un lado el corazón y el raciocinio te dicen que hay que acudir y apoyar en lo que se pueda, y, por otro lado, no te apetece nada lo de los atascos, estar todo el día deambulando por ahí, no tener un sofá a mano y hacer colas para bocatas, para un trago, para ir al baño… Está claro que es muy complicado organizar un evento de esas magnitudes, que resulte atractivo y que, además, la lluvia no te lo tire todo por tierra. Pero está más claro todavía que si se sigue haciendo es porque merece la pena. Económicamente las ikastolas necesitan este chute de ingresos. Este será el cuarto Oinez de Tafalla. Con lo recaudado en el 2011 consiguieron unas instalaciones adecuadas para la etapa de la ESO. Ahora de lo que se trata, principalmente, es de hacer frente a los gastos y los créditos para poder seguir adelante. La comunidad de esta Ikastola, que este año celebra su 50+2 aniversario, está compuesta por 223 familias, 35 trabajadores y trabajadoras y 318 alumnas y alumnos de la zona. En todo este tiempo son ya 644 los jóvenes que han acabado sus estudios en este centro. La ayuda económica que aporta la fiesta y, sobre todo, el apoyo que con ella se les da a todas esas personas que están llevando adelante el euskera en esta zona, son motivos más que suficientes para quitarse la pereza de encima. Así que amigas, yo ya tengo mi crema del sol preparada, mi gorra y los billetes de tren, que, por cierto, 6.60 euros ida y vuelta no está nada mal.

Gora Oinez eta gora Tafalla!