Vinieron de madrugada, a horas intempestivas, a cazar personas y sembrar el terror (...) El golpe de Estado militar de 1936, al que siguió un conflicto armado de tres años, fue cimentado en Navarra como en otros territorios con una represión atroz que asesinó, robó, expulsó, violó y atemorizó a una generación de personas republicanas que aún hoy, ocho décadas después, sus descendientes recuerdan, buscan, compadecen, reconocen y homenajean”. Así comienza el libro AFFNA 36 NAFSE 20 años de memoria digna, escrito por nuestra compañera Lola Cabasés para conmemorar las dos décadas de trabajo de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra y dejar constancia del camino ya recorrido en materia de Memoria Histórica. También de madrugada se llevó a cabo la exhumación del general golpista Gonzalo Queipo de Llano, el genocida que mandó fusilar a miles de ciudadanos en Andalucía y que ya, por fin, dejará de ocupar un lugar en un edificio de uso público. Le sacaron de su tumba de madrugada, como tantas veces el y los suyos mandaron sacar a miles de personas de sus casas. El salió muerto, los otros vivos para morir después, asesinados. Muchos todavía siguen sin tumba en la que recordarles. Ahora una alfombra roja cubre el hueco de la lápida. Pero nada puede tapar la verdad del horror. Lo que hace falta no es poner alfombras sino levantarlas, para avanzar en la reparación, en la justicia y en la dignidad de las víctimas del franquismo, que son muchas. Víctimas que no merecen lo que vivieron ni tampoco lo que escuchan todavía en bocas de políticos como Feijó. Para el líder del PP, “la política debe centrarse en los vivos y dejar a los muertos en paz. No voy a hacer política con los muertos, porque no creo que esa sea la prioridad”. La Memoria Historia es una prioridad para miles de ciudadanos y ciudadanas que sufrieron en sus familias la represión franquista y para otros muchos. Lo es para la sociedad y lo debe ser para los políticos, responsables de llevar a cabo una auténtica reparación. Dar pasos y visibilizar. Como se dan en Navarra. Como la exposición de retratos Mujer y Memoria, de otro compañero, Iñaki Porto, en la que recupera la memoria de las mujeres que sufrieron las consecuencias del golpe militar de 1936 en Navarra, las que han mantenido firme la memoria de sus familiares asesinados.