Hay quien lleva su edad por el mundo como un estandarte y quien la esconde por peterpanismo, búsqueda de misterio o posicionamiento en Tinder. Son sólo dos cifras pero tras ellas viven muchas experiencias y aventuras y sobre ellas se acomodan clichés y convenciones sociales que se asocian a cada edad. Y si lo piensas, no son sólo dos cifras, son fronteras. Los 18 abren la puerta a conducir vehículos y pedir alcohol legalmente, los 31 clausuran el carné joven y en las rondas de vacunación anticovid la edad ha marcado el momento de la cita.

En Corea del Sur todo esto era incluso más complicado hasta este jueves. Hasta ahora aplicaban el método chino tradicional, más filosófico o más... no sé, ¿chino? Consiste en que cuando naces ya tienes un año, y a partir de ese instante cada 1 de enero vas sumando otro. Si llegas al mundo el 31 de diciembre, pestañeas, bostezas, te haces pis encima y al día siguiente ya has cumplido los 2 añitos. En este curioso agujero de gusano espacio-temporal vivía la población surcoreana hasta ahora que han adoptado la medida de edad internacional. Así que no conocían el ritual de celebrar tu cumpleaños, ese que comienza en la fecha en que naciste pagando el café a los del trabajo e invitando a cenar a tu pareja y/o familia, continúa el fin de semana con el vermú sin fin con los amigos, el siguiente con otra parte esencial de la familia en otra ciudad... y así hasta que se te junta casi con la siguiente edición. Recibes regalos con alegría infantil, reconectas con personas queridas de tu pasado durante tres líneas de whatsapp... En fin. ¡Bienvenidas, amigas y amigos asiáticos al bando de quienes celebramos la vida como si tuviésemos 8 años! Algunos han aplaudido la medida en sus cuentas de Twitter proclamando su alegría por quitarse de repente un año o 2. Si lo hiciésemos todos Rusia estaría a tiempo de no detonar la guerra de Ucrania, el mundial aún podría celebrarse en un país que respete más la vida de los que tienen menos y trabajan por nada. Pero en eso no hemos tenido la suerte de los surcoreanos.