Parece que ya de forma definitiva, si la autoridad competente en Madrid no lo impide como ha sucedido hasta ahora, Navarra recuperará la competencia en exclusiva del Tráfico y Seguridad Vial que ahora ejerce junto a la Guardia Civil el próximo 1 de julio. Al menos, eso anuncia de nuevo la presidenta Chivite, quien calificó el preacuerdo con el Estado de paso histórico. Satisfacción general en la mayoría política de la Cámara, aunque UPN dio su apoyo con críticas de mercadeo, y el rechazo de PP y Ciudadanos. Navarra ejerció el control del Tráfico por las carreteras navarras hasta 1962, cuando un decreto franquista le eliminó esta competencia. Desde entonces, su reintegración ha sido una demanda política constante en Navarra. De hecho, fue uno de los compromisos de gobierno que anunció Sanz en 1996 para su primer mandato, hace ya casi 27 años. En efecto, es una buena noticia, si finalmente se hace efectiva la transferencia y este acuerdo no tiene también una letra pequeña oculta o es solo una forma de ganar tiempo político antes de las elecciones y luego vuelve a quedar en nada. Aunque todo parece indicar que esta vez no será así. Es importante, para empezar, por una cuestión de estricta justicia al autogobierno foral, pues ya en 1843 la Diputación Foral contaba con una ordenanza para la conservación y vigilancia de las vías públicas que sobrevivió a la mal llamada Ley Paccionada de 1841 y que en 1928 cristalizó en la creación del Cuerpo de Policía de Carreteras, Policía Foral a partir de 1964. Y para continuar, por zanjar una deuda histórica, derivada de que al carecer de esa competencia Navarra deja de recaudar cada año en concepto de multas millones de euros que podían destinarse al mantenimiento de la red de carreteras de titularidad foral. Con 61 años de retraso, eso sí. Y numerosos compromisos incumplidos por parte del Gobierno central, tanto con el PP como con el PSOE desde que Sanz anunciara el primer acuerdo de traspaso en tiempos de Aznar. Sin olvidar que tras la firma de un nuevo compromiso entre Uxue Barkos y Sánchez en 2018 –que coincidió con el 90 aniversario del Cuerpo foral–, han tenido que pasar otros cinco años y una sucesión de fechas anunciadas sin éxito hasta que ahora Chivite ha puesto otra vez la del 1 de julio como definitiva. La recuperación de Tráfico y Seguridad Vial ha sido una demanda política unánime de la que sólo en los últimos años se han ido desmarcando las derechas, incluida también UPN de la mano de Esparza pese a que Sanz fue uno de sus impulsores como presidente. La deriva de UPN le lleva a cada vez mayores contradicciones. O a la expansión de falsedades al ritmo mediático que manda Madrid como que el traspaso de Tráfico suponga echar a la Guardia Civil. La recuperación de la competencia es un objetivo político de autogobierno cumplido, pero su valor real para la sociedad navarra es que sirva para la prestación de un servicio público en tráfico y seguridad vial más eficiente para los ciudadanos. Es, sobre todo, un asunto de bien común e interés colectivo. No obstante, aún quedan otras competencias importantes acordadas con el Estado hace 40 años en el Amejoramiento pendientes de llegar a Navarra como la gestión de la Seguridad Social, ni que sobre el autogobierno permanece la sombra centralizadora que se extiende desde Madrid.