Petteri Orpo, recién designado primer ministro de Finlandia: Qué lejos han quedado los tiempos en que los países de norte de Europa eran el paraíso de la libertad y las condiciones de vida razonables. Sin preocuparse de disimular siquiera, tras dar a conocer su gobierno de coalición cuatripartito de derechas y ultraderecha, ha anunciado las medidas clásicas del catecismo cavernario. Con la rebaja de impuestos como engañifa, se buscará la reducción del número de migrantes que ya residen y la prohibición de nuevos permisos. Además, se establece un sistema de seguridad para la población autóctona y otro, por supuesto más duro, para los extranjeros. Suena al menú degustación de lo que puede ocurrir en el Estado español tras el 23 de julio. Ojalá no.