Estaba pensando en la cantidad de agua con la que nos castigó el cielo el día 6, los charcos en la avenida Zaragoza, los sumideros vomitando en García Castañón, alfeizares y portales cobijando gente en Roncesvalles, pasajeros calándose mientras esperaban a la Villavesa como a una lancha de salvamento marítimo… Por un acto reflejo, suelo asociar momentos con letras de canciones y mientras se deslizaban las gotas por la cabeza tarareé aquello de “Beber, beber, beber es un gran placer, el agua para bañarse y p’a las ranas que nadan bien...”. Estará ya descatalogada del repertorio sanferminero. Ahora truena Quevedo en los bares: “Y nos fuimos en una/Empezamo a la una/Y con la nota rápido/Nos dieron las tre/Perreamos toda la noche/ Y nos dormimo a las die..”. Cambian los tiempos y malo si no cambian. Incluso a ese autobús salvador le escriben canciones, como ha hecho Raúl Martínez, un chico que lleva cantando desde que comenzó de crío en la Escuela de Música de Noáin y que ahora, con el nombre artístico de Martains, se ha hecho viral con Villavesa. “Ella me dio un beso en la Villavesa...” canta el chaval del que todo el mundo se hace eco. Joder, lo que nos faltaba para seguir viajando estos días como sardinas en lata: la promesa de una aventura.