Campana y se acabó era el grito de guerra con el que los Tacañones, en los inicios del Un, dos, tres, y después las Tacañonas hacían callar a los concursantes del popular concurso televisivo. Una frase que viene al pelo para celebrar el cierre de la segunda campaña electoral en menos de dos meses. Un final deseado por la práctica totalidad de la población, que ha sobrevivido resignada a estos procesos de repetición de mensajes hasta la saciedad y golpes bajos, no exentos de falsedades. Y eso que buena parte de la sociedad pamplonesa en particular, y por extensión la navarra, ha estado más que desconectada de la primera parte de la atípica campaña electoral que arrancó casi a la vez que los Sanfermines.

Han sido, en definitiva, 15 días que también han dejado momentos interesantes y tras los cuales nos hemos plantado en la jornada de reflexión con menos pescado vendido del que muchos creían. Sobre todo la derecha, que ha pasado de un rebosante optimismo a trasladar la sensación de no tener tan claro el desenlace. Tampoco andan sobrados el resto de partidos, que han buscado distintos argumentos para llegar a la misma conclusión de que en sus respectivas papeletas está el voto útil. Este domingo salimos de dudas.