En 1977

existía en el Ayuntamiento cierta controversia entre quienes pensaban que había que derribar el inmueble que hacía esquina entre las calles General Chinchilla y Padre Moret, y quienes pensaban que merecía la pena conservarlo. Se trataba de un edificio construido en 1899, prácticamente al mismo tiempo que el Palacio de Justicia (actual Parlamento de Navarra), y fue proyectado por el arquitecto pamplonés Ángel Goicoechea (1863-1920) para el denominado Primer Ensanche de Pamplona. El inmueble, con resabios neomudéjares, presenta un chaflán abierto mediante miradores de madera, y dos fachadas abiertas con ventanas y balcones, en las que prevalece de forma absoluta el uso del ladrillo. Predomina la austeridad ornamental, y prácticamente los únicos motivos decorativos son unos paneles verticales de ladrillos aplantillados, y una vistosa cenefa cerámica, de colores blancos y azules, que recorre la zona alta, bajo el alero.

Hoy en día

Es fácil comprobar que, por una vez, la lógica ciudadana se impuso a los impulsos destructivos y especulativos, y el edificio de Goicoechea sigue en su lugar, perfectamente conservado y rehabilitado. La prensa pamplonesa de octubre de 1977 (mes en el que Eusebio Mina obtuvo la fotografía antigua) nos informa de las gestiones realizadas por los concejales Erice y Frommknecht para la adquisición y la conservación del inmueble, “por tratarse de un edificio representativo del Primer Ensanche”.

Esquina de General Chinchilla con Padre Moret, 1977

A tal efecto, el viejo bloque de viviendas fue intervenido en 1989 por el arquitecto Manuel Sagastume, habilitándolo como sede de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona. Evidentemente, todo ello no hubiera sido posible si se hubiesen impuesto los partidarios del derribo, motivo por el que debemos de estar agradecidos a don Javier Erice, buen concejal y mejor alcalde, de cuya amistad me enorgullezco además. ¡Saludos, alcalde...!