Ahora que el fútbol profesional se empecina en alejar a los periodistas de los protagonistas de los partidos, de sujetarlos como a un rebaño de ovejas sumisas, no es mal momento para subrayar el papel que la radio ha desarrollado durante décadas para la popularización de este deporte, para acercarlo a todos los hogares. Parafraseanado al poeta, mi niñez son recuerdos de programas como Domingo deportivo español o el Carrusel deportivo de Vicente Marco. Aquellas narraciones de goles que se pisaban unas a otras porque todos los encuentros comenzaban a la misma hora. Fútbol imaginativo y de fe única porque había que creer lo que los narradores contaban ya que no había forma de contrastarlo. Hasta que llegó Estudio estadio a la televisión. Pepe Domingo Castaño, fallecido ayer, era heredero de aquellos pioneros. Antes de ser el animador de horas y horas de radio deportiva, condujo programas musicales en TVE y logró colocar alguna canción en los primeros puestos de las listas de los Superventas o de los 40 Principales. Pero más que por temas como Neniña, Castaño será recordado por poner voz a tantas tardes, noches y mañanas de fútbol, arrancando con su ya legendario “¡Hola, hola…!”. ¿Qué hubiera sido del fútbol sin la radio?