¡Extra, extra! El PP, con su mayoría tan pirotécnica como insuficiente en el Congreso, anuncia que pronto registrará para su trámite la penúltima ocurrencia de su líder y de su equipo de cabezas de huevo que no dan una.

Se trata de modificar el Código Penal para incluir el delito de “deslealtad constitucional”. Les dejo cuatro segundos para que lo procesen. Uno, dos, tres y cuatro.

De entrada, hay que sentirse dueño de la Constitución en régimen de monopolio para proponer una denominación así. Y las preguntas inmediatas son a qué carajo alude semejante concepto y cómo diablos se puede medir en términos jurídicos la tal deslealtad.

¿O es que quizá hablan de desafección? Todo apunta por ahí. Se trata de una herramienta legaloide para volver a distinguir a los buenos demócratas de los malos, que temo que, según su visión, somos legión.

Evidentemente, puesto que son los dueños del balón, no se computarán como deslealtad hacia la Constitución el bloqueo partidista del CGPJ, el uso retorcido de las propias Cortes para demorar leyes ni la presentación malintencionada de recursos al Tribunal Constitucional. Ahora, como usted se declare independentista o antimonárquico, ojito.

Bueno, en realidad, tampoco hay para tanto. Una vez más, los números cantarán y este engendro será tumbado por la mayoría de progreso.

Nuevo partido... ¿de izquierdas?

Como eran pocos a ese lado de la línea imaginaria, ayer conocimos el advenimiento de una formación llamada Izquierda Española. Pese al despiste a que pretende incitarnos el nombre, pronto ha quedado claro que lo fundamental es el apellido: española.

De hecho, el fundador, un tal Guillermo del Valle al que le estamos concediendo su cuarto de hora de fama, va dejando claro que su verdadero ADN es el antinacionalismo. Lean ahí el nacionalismo español.

Se estrenará en las europeas con unos resultados –apuesten algo– entre tristes y tristones. Eso sí, la diestra mediática del reino, donde el tipo es asiduo opinatero, ha recibido con los brazos abiertos un invento pensado exclusivamente para rascarle votos al PSOE. Pero ya les digo yo que serán muy pocos.