Donald Trump, incombustible expresidente de Estados Unidos y aspirante a volver a la Casa Blanca después de las elecciones de noviembre: De momento, se acaba de anotar por goleada la primera prueba de fuego, los arcaicos caucuses de Iowa. Votando con 35 grados bajo cero en el exterior en gimnasios, parques de bomberos o casas particulares y depositando su papeleta en cubos de palomitas o bolsas de supermercados, los parroquianos del Partido Republicano le han dado su apoyo masivo. De algún modo, la historia se vuelve a repetir respecto a lo que pasó en 2016. Los más sesudos analistas políticos vaticinaban que mordería el polvo ante Ron DeSantis o Nikki Haley, considerados sus principales rivales. De nuevo, han quedado como Cagancho en Almagro. En lo sucesivo, estaría bien que mantuvieran el pico cerrado.