Sí, ya sabemos que una sentencia no debe ser ejemplar sino justa, pero da mucha rabia ver sentencias antiejemplares como la de Dani Alves, condenado a solo 4 años y medio de cárcel por violación, gracias al atenuante de “reparación de daño”, por los 150.000 euros que el futbolista entregó al juzgado cuando éste lo procesó.

Curioso atenuante que consiste en tener dinero, y que supone además una discriminación respecto a todo acusado que no pueda reunir esa cantidad. Sentencia antiejemplar porque ¡vaya mensaje lanza a la sociedad! Si tienes pasta, una hipotética pena de cárcel se reduce a la mitad.

Sí, ya sabemos –porque nos lo explicó Orwell hace muchos años– que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, pero algunos son más iguales que otros. Pero no se lo digas a los jueces, que se enfadan, se rasgan las togas y te acusan de vulnerar la independencia judicial.