Vladímir Putin, aprendiz aventajado de genocida: Es imposible llevar la cuenta de las veces que ha amenazado a Occidente -el mismo club de países que le paga carísimas facturas pese a cacareados boicots- con mandarnos un puñado de misiles nucleares. Ayer fue la última vez, se supone que en respuesta a una bochaclanda de Macron, que como anda regular de popularidad, se vino arriba hablando de un posible envío de tropas a echar una mano a los ucranianos en su heroica resistencia.

La diferencia es que ahora mismo no veo ni al presidente francés ni a ningún otro dirigente de esta parte del mundo consumando el envío de tropas, mientras que, en su caso, me parece del todo verosímil que un día le pegue un aire y apriete el botón letal. Para más inri, una parte de la progresía fetén moriría aplaudiéndole.