No estuve –es una historia muy larga, jaja– en el arranque de DIARIO DE NOTICIAS en abril de 1994, hace 30 años, pero me reincorporé vía una columna semanal en Deportes llamada La Mirilla al año siguiente y, echando cuentas, entre mirillas, colaboraciones, redactor y ahora columnas llevo 24 de los 30 años de relación con la casa que este año celebra tres décadas en la calle. 30 años es un hito en unos tiempos en los que la supervivencia de la prensa escrita está en entredicho y en los que casi todos estamos más que acostumbrados a que se nos sirvan gratis montones de servicios. O que creamos que son gratis, claro, porque seguimos pagando pastones a los proveedores de telefonía, a los fabricantes de móviles, etc, etc. Solo pedimos gratuidad para quienes crean los contenidos y nos los acercan de la manera más profesional posible. Con sus virtudes y sus defectos, DIARIO DE NOTICIAS ha jugado un papel clave en la sociedad navarra del último cuarto de siglo y me quería acordar de todos los que pasaron por aquí desde aquel lejano 1994, incluyendo gente que ya no está entre nosotros como Múgica, Zudaire, Mikel Martínez, Arnotegui Osés, Pedro Lanas, Miren Altadill, Chema Pérez y seguro que me dejo alguno en el tintero. Y, por supuesto, de los currelas que siguen llenando sus páginas y montándolo e imprimiéndolo y todos los que trabajan y lo han hecho en los distintos departamentos. Gracias a su profesionalidad y esfuerzo el resto podemos hoy en día seguir vinculados al periodismo diario y al periodismo local, tan necesario o más que nunca en un mundo cada día más globalizado, también a nivel informativo. Cuando entré en Navarra Hoy, hace casi 34 años, todavía se escribía puntualmente a máquina y las páginas se montaban con tijera, cutter y pegamento. La tecnología ha cambiado radicalmente. La idea y el compromiso son los mismos. Enhorabuena a todos, que lleguemos a los 40.