Ustedes ya saben que la semana pasada una clínica especializada en cirugía estética colocó una gran lona en la plaza del Callao de Madrid para publicitar operaciones de aumento de pecho con el lema Otro verano más cambiando el panorama de las playas. Las denuncias de la asociación Teta&Teta (aconsejo paseo por su web) lograron su retirada.
En resumen, con estas tetas o sin esta teta o sin estas tetas, entre todas y también de una en una, podemos estropear a alguien o a muchas personas un bonito día de playa. Personas que dirán lástima la Concha o qué pena Salou, habría que hacer algo. Me temo que quienes dieron con la frase y tras ello se felicitaron han empezado por las playas por empezar por alguna parte, porque si una es capaz de deslucir una playa también puede fastidiar cualquier otro entorno natural o urbano en un país cuyo PIB depende de forma significativa del turismo. Visto así, la responsabilidad personal se redimensiona.
Y no solo con las tetas pequeñas, grandes, asimétricas, inexistentes o lacias, no nos engañemos, también con los culos planos, pequeños, caídos, grandes, desdibujados, las tripas redondeadas, excesivas, las simplemente tripas, las arrugas y surcos, las narices mejorables, los labios de serie, las ojeras pronunciadas, los párpados y papadas colgantes que se pasean impunes por las calles, asisten a fiestas patronales y visitan museos.
El lema es fantástico porque pulsa la tecla correcta, la de la inadecuación. Revela que es público y notorio que los cuerpos, muchos cuerpos, los precisos para sostener un negocio y, por supuesto, el tuyo (anda, reconoce que hay un par de cosillas que mejorarías), necesitan un arreglo para estar presentables. A pesar de su corta exposición, creo que el lema ya ha hecho su trabajo. Parece una distopía porque lo es.