En la locura o disparate de este fútbol saturador de meses, semanas y días, ya hemos normalizado incluso que un equipo entone el alirón un jueves a las 23.30 horas. Estupendo día y estupenda hora... para la televisión que lo retransmite –tramos de máxima audiencia y tal–, pero enésimo golpe bajo a los aficionados, que son los que mantienen este tinglado.

Y esto no es casual, porque el origen está en esta jornada que ha habido que colar entre semana para hacer hueco a Liga, Copa, Supercopa, Europa, Mundial de Clubes y lo que haga falta. Y en ésas estamos el mismo día que oímos a Carvajal decir que está convencido de que ese Mundial de Clubes será un éxito.

La ironía es que lo dice un jugador que está lesionado, probablemente porque su salvaje calendario ha consistido en estirar un chicle que ya no daba más de sí. En el fútbol, la codicia sigue ganando su pulso contra el sentido común.