Procedimiento judicial: imputación por filtración en oposición para informadores deRTVE. Han pasado ocho meses desde la suspendida sesión de examen. Ahora, me remonto más de cuatro décadas. Proceso de selección de personal para la constitución del Centro Territorial de RTVE en Navarra. Navidad 1981. En principio, las pruebas de selección de redactores y locutor(a) son conjuntas.
Los candidatos pueden inscribirse en cualquiera de ellas o en las dos. Días antes de las pruebas –el 21 de diciembre–, el jefe del Servicio de Selección, Contratación y Desarrollo Profesional remite una carta a las personas inscritas en la que, sin soporte argumental alguno, avisa del aplazamiento de las pruebas de locución al 4 de enero de 1982. De esta manera, redactores y locutor(a) quedan separados de hecho. Como consecuencia, los aspirantes a plaza de redactor suspendidos en su examen de finales de año se presentan a la prueba de locución.
El secretario del Tribunal, falto de razones legales para su exclusión, apela a su buena voluntad y a la empatía con los candidatos a locución (una plaza) para que depongan su actitud y permitan la celebración de la prueba. Así lo hacen. Después de cada prueba, el secretario canta los números de quienes la superan. Tras una de ellas, la espontánea expansión de alegría de la aspirante número 36 interrumpe la lectura. El funcionario aborta su alborozo con un frío “señorita, usted ya sabe por qué ha pasado”. La posterior prueba de improvisación desconectó el enchufe. El test psicotécnico precede a la entrevista personal. Un camelo.
Algún candidato es cuestionado sobre su presencia en la oposición puesto que ya tiene un trabajo. Dada la señalada fecha, víspera de Reyes, los incursos en la decisión final sugieren al Tribunal que anuncie el resultado. El órgano de selección se niega: parte psicotécnica pendiente de análisis. Los mejores psicólogos resultan ser los competidores: aciertan el desenlace. Oposición paripé.