Es difícil salir estos días en coche de Pamplona sorteando los controles de alcoholemia. Hasta tres he contado en un corto recorrido. Nada que objetar, solo el tiempo de espera para soplar. Pero la gente está concienciada. El eslogan Si bebes, no conduzcas ha resultado un gran éxito creativo por su implantación social.
Hablamos de una campaña de la Dirección de Tráfico del año 1985 protagonizada por el cantante Stevie Wonder. Un clásico de la publicidad convertida en frase cotidiana. Una gran ocurrencia. ¿O un plagio histórico?
Lo pregunto porque trasteando en la hemeroteca me encuentro con este titular en la primera página del diario pamplonés Arriba España del 22 de diciembre de 1948: La consigna de las navidades norteamericanas: “Si bebe, no conduzca; si conduce, no beba”. El corresponsal del diario falangista en Washington cita en su crónica la puesta en marcha de la campaña, aunque no abunda en más datos. ¿Puede ser que los creativos de los años ochenta tuvieran conocimiento de aquella idea? Puede. O no. Pero lo indiscutible es que a alguien se le ocurrió antes. Sea como fuere, recuerden cuando se pongan al volante que llegar tarde es mejor que no llegar. Aunque seguramente esto ya se le habrá ocurrido a alguien...