Al parecer hay personas –y medios y partidos políticos– preocupadas y preocupados porque hace unos días firmaron un protocolo de colaboración Euskadi y Navarra y en el zaguán donde se firmó estaba la ikurriña pero no la bandera de Navarra. Según comentó ayer la vicepresidenta de Navarra, la bandera foral sí que estaba en la sala donde previamente se reunieron Chivite y Pradales así como en los rótulos.
A 16 de octubre de 2025 aún hay gente a la que estas cosas le ocupan espacio en la cabeza y si tienen lugar les sientan mal y son incluso capaces de elaborar teorías según las cuales esto no es sino otra muestra más del sometimiento de Navarra a Euskadi. Como nos ven como menores ni nos ponen la bandera y como nosotros somos unos acomplejados que comemos de su mano pues vamos allá y nos da igual que haya bandera en el zaguán que que no haya y si no la hay no levantamos la voz para no molestar. La gente con algo tenemos que entretener la cantidad de segundos que caben en un día y no te cuento en una semana. Y los medios, pues para qué hablar, somos capaces de rebuscar anécdotas con tal de enredar algo.
El problema es que hay políticos que a estas cosas les dedican tiempo, como UPN, que argumentó que esto era una “cesión” de Chivite, que era “inaceptable, o el PPN, que vía su líder argumentó algo parecido. No sé, para mi que la política tendría que estar a otras cosas más básicas para los ciudadanos que realmente necesitan de la acción política para mejorar sus vidas y no tanto para entretenernos a cuatro columnistas, seis parlamentarios y 3 redactores de medios.
Llevamos toda la santa vida de Dios con esta turra de las cesiones, que nos invaden, que nos comen, que si esto que si lo otro. Comprendo que es parte vital del leitmotiv de UPN, pero, la verdad, la canción está ya muy gastada y no va a ninguna parte en realidad. Lo saben, pero dale con el ra-ca, ra-ca.