Si tuvieras que ver tu vida como en una serie qué preferirías, verla toda de golpe o capítulo o capítulo? Vivirla sola o compartir la experiencia? Tener que esperar al final para ver cómo acaba o anticiparte al desenlace? El otro día leía que las grandes productoras de series televisivas se estaban cuestionando si el actual modelo de sucesión de temporadas y de oferta a la carta estaba dando signos de agotamiento. Si esa fórmula de poder verla de un tirón y la segmentación de audiencia pudiera estar colisionando con un deseo humano que está de vuelta.

Es el que tiene que ver con ir paso a paso, y con el sentido de pertenencia a un grupo que comparte experiencias colectivas al mismo tiempo. Menos ocio individual y más compartido. Venían a decir que la gente puede estar echando en falta aquello, tan habitual en nuestra generación cuando se lanzaba una nueva serie, de esperar casi una semana hasta el siguiente capítulo. Verlo todos y todas al mismo tiempo, como una película de domingo en los cines. Y sobre todo, quedar después para comentarlo. Pero todo ha cambiado tanto que la experiencia televisiva ya no es ni será lo que fue.

El mundo y la tecnología ha evolucionado en sentido contrario, pero quizá nos hemos pasado de la raya. Nos hemos empezado a dar cuenta de que ninguna lista de spotify nos proporciona el placer de vivir un concierto en directo. Que el ser humano es un ser social, le gusta sentirse parte de un grupo, vivir y comentar la experiencia recién vivida. Como charlar al salir del cine o comentar la última juerga, que seguramente será la de noche de fin de año, la Nochevieja. Una noche que llega con buenos propósitos y que puede ser una buena ocasión para decidir cada cual cómo empezar la nueva serie que arranca con este 2026.

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